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Versión para imprimir del artículo Cómo despertar con energía. No incluye formatos especiales ni imágenes.
El buen despertar es una de las claves para el buen funcionamiento y rendimiento a lo largo del día. Aquí te contamos algunas buenas ideas para hacer que cada mañana te sorprenda fresco y energizado, con un despertar ideal para enfrentarte a la rutina diaria.
Al levantarte debes relajarte. Suena algo extraño, pero se debe a que durante el sueño nuestro cuerpo permanece largos períodos en una posición. Al abrir los ojos, procura hacerlo lentamente, sin salir de un salto de la cama. Abre los ojos, bosteza para renovar el oxígeno en tu sistema, y estira todo el cuerpo, lentamente.
Una gran idea es tener una imagen que podamos apreciar ni bien abrimos los ojos, y mientras nos estiramos. Puede ser una fotografía, un póster, o un elemento que evoque en ti buenas sensaciones. Esto te ayudará a comenzar el día con una sonrisa en el rostro. Mientras la observas, bien enfocado, estira tus brazos hacia arriba y hacia los lados, estira tus piernas y pies, muévelos, y no olvides estirar el cuello, los hombros y el torso o la espalda.
Antes de levantarte, siéntate al lado de la cama. Deja que tus pies se apoyen firmemente en el piso, y mueve la espalda y los hombros. Ahora sí, levántate lentamente y mueve las rodillas, para prepararlas para el día que está a punto de comenzar. Si sientes tensión en el bajo de la espalda, aprovecha a ponerte de pie para estirar la zona de las lumbares. Hazlo lentamente, siempre.
Luego, si lo deseas, puedes hacer este ejercicio: de pie, separa las piernas a la altura de los hombros, y flexiona levemente las rodillas. Deja los brazos caer libremente hacia los lados, para relajar también los hombros. Mantén tu espalda recta, y cómoda. Respira lenta y regularmente, en bocanadas profundas. Inspira por la nariz, mantén el aire un instante, y mientras exhalas, ve doblando la cintura, llevando el cuerpo hacia adelante y abajo. Llega tan abajo como puedas, sin forzar la posición. Mantente abajo unos instantes, y luego levántate lentamente, inspirando.
Al llegar arriba, con los brazos a los lados o llevando las manos a la cintura, rota los hombros para movilizar la cintura. Gira lentamente hacia la derecha, y luego hacia la izquierda, unas tres veces para cada lado. Al volver a la pose original, mantente unos segundos, respirando con normalidad.
Para finalizar el ejercicio, relaja los hombros y la caja torácica llevando los brazos, estirados y por los lados, hacia arriba de tu cabeza. Levántalos mientras inspiras, mantenlos arriba, y luego bájalos mientras exhalas.
Ahora sí, ya estás listo para darte una ducha, vestirte, desayunar saludablemente, y enfrentarte con energías a una jornada laboral productiva y adecuada.
