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La iluminación del espacio de trabajo
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La iluminación del espacio de trabajo
Para la salud de nuestra vista y nuestro estado de ánimo, es importante iluminar correctamente el espacio donde trabajamos.

La importancia de la iluminación en el trabajo

Ya sea que trabajemos fuera de casa o en ella, que nuestro lugar de trabajo sea amplio o apenas más grande que el tamaño del escritorio, es muy importante que esté bien iluminado.

La buena iluminación del espacio de trabajo tiene tres efectos: por un lado, nos permite trabajar con comodidad y evitamos esforzar la vista. Por otro, resalta los colores de la decoración. Y por último, también contribuye, como la pintura, al estado de ánimo.

 

La mala iluminación del espacio de trabajo puede producir efectos no deseados, como mareos, dolor de cabeza, problemas en la vista, fatiga y hasta depresión. Y aunque la iluminación natural es la ideal, no siempre podemos armar nuestro espacio de trabajo junto a una ventana, o en un ambiente con luz natural. Es entonces cuando debemos prestar mucha atención a cómo iluminamos el lugar.

 

Cómo iluminar un espacio de trabajo

Si vamos a estar muchas horas con luz artificial, lo mejor es que la oficina tenga una iluminación ambiental de luz fluorescente cálida, que ilumina bien y reduce el efecto azulado que suelen tener estas lámparas. Las lámparas halógenas tienen una luz aún más cálida, pero su consumo es más alto que el de las fluorescentes.

 

Además de la luz ambiental, necesitamos iluminación focalizada. El sector del ordenador debe estar bien iluminado, pero siempre desde los costados o desde arriba, evitando reflejos sobre la pantalla del monitor. Lo ideal es que la lámpara apunte a la pared que se encuentre justo detrás del monitor, para que la luz rebote sobre la superficie e ilumine en forma difusa. También debemos tener en cuenta la altura de las lámparas, para que la luz no nos dé en forma directa en los ojos: el foco debe estar por encima o por debajo de la altura de la vista.

 

Para el escritorio, lo más práctico es una lámpara de brazo móvil y extensible, que permita direccionarla al sitio en el que estamos trabajando. Recuerda que el haz de luz siempre debe venir del lado opuesto a aquel sobre el que trabajas, para evitar las sombras proyectadas.

 

También podemos agregar luminarias adicionales en alguna pared, o lámparas de pie, para los momentos en que no necesitamos luz directa, pero preferimos una iluminación más cálida que la fluorescente. En ese caso, podemos apuntar las luminarias al techo, o elegir las que vienen con difusor.

Es importante evitar los muebles con superficies reflectantes, porque la incidencia de los haces de luz puede provocar reflejos molestos.

Texto extraido de: http://oficinaybienestar.com
Enlace: http://oficinaybienestar.com/n/1997/la-iluminacion-del-espacio-de-trabajo.html
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