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Versión para imprimir del artículo Características para ser un buen jefe. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Hay jefes queridos, y jefes que se contraponen con nuestro concepto de la comodidad y del buen ambiente laboral. Hay algunos que se entremezclan con los subalternos, y otros que marcan las diferencias de jerarquía.
Hay muchas clases de jefes, y hay muchos conceptos sobre ellos por parte de sus empleados.
Una investigación, basada en encuestas y formularios, ha determinado cuál es el concepto del “buen” jefe en los países latinoamericanos. Muchos factores entran en juego, como su edad, sus actividades, sus modos y tratos, e incluso su género.
En esta nota, algunos de los resultados de esta investigación de un afamado portal laboral. ¿En qué categoría entra tu jefe?
La capacidad del jefe es la del liderazgo, confirmó el 41% de los encuestados. En ello, se reconoció que esta característica incluye la justicia, la equidad, los canales abiertos de comunicación y la certeza y fortaleza al momento de la toma de decisiones.
Los siguientes resultados en lo que respecta a las capacidades confirmaron que, para ser considerado “buen” jefe, también se requiere de inspirar confianza (22%), escuchar a todos (15%), enseñar e instruir sobre sus conocimientos a los empleados (13%), y delegar responsabilidades (9%).
El sexo o género del jefe no parece indicar su categorización, con un 71% afirmando que “le da lo mismo”. Sin embargo, hay quienes sí relacionan el género con la cualidad de “buen” jefe: el 25% de los encuestados prefiere a un jefe hombre, mientras que el 4% prefiere un jefe de sexo femenino.
La edad del jefe, en cambio, sí entra en juego en esta clasificación. Aunque más de la mitad de los encuestados afirmó que la edad exacta no es un factor determinante de manera exclusiva, el 31% afirmó que prefiere a un jefe mayor a su edad. 4% dijo que prefiere a un jefe coetáneo, y ninguno de los encuestados desea a un jefe menor que ellos mismos.
La relación con el jefe, según el informe, se aboca a lo laboral de manera exclusiva. El 43% afirmó no tener relación extralaboral alguna con su jefe, sin consideración de su desempeño como superior. En lo que respecta a las interacciones fuera de lo laboral, se incluyeron temas de familia, actividades recreativas y deportes, con un mínimo de encuestados que comparten con sus jefes charlas sobre política.
El mal jefe, según los encuestados, se manifiesta en su desempeño dentro de la oficina y hacia sus subalternos. La característica mayoritaria del “mal” jefe, según los encuestados, es que no valore el trabajo y desempeño de los empleados (65%). También son factores determinantes que no escuche a los demás (18%), que levante la voz (14%), o también detalles ajenos a su comportamiento, como que gane más dinero que los encuestados (3%) o que sea menor en edad (1%).
