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Versión para imprimir del artículo Detalles que opacan tu imagen laboral. No incluye formatos especiales ni imágenes.
El horario de trabajo es algo a seguir a rajatabla. Aunque hay empresas e instituciones algo más flexibles, y plazos de tolerancia admitidos incluso en las leyes laborales, si sueles llegar tarde, irte más temprano o incumplir los horarios laborales seguramente no serás tan bien visto como alguien que llega unos minutos antes y no vuelve a casa sino hasta haber terminado la labor.
Por otro lado, el cumplimiento del horario puede verse opacado por un mal manejo de los tiempos. Tomar descansos prolongados, extender el período del almuerzo más de la cuenta e, incluso, usar el tiempo de la oficina para realizar tareas extra laborales (como tu trabajo independiente, comunicaciones personales, actividades lejanas a las exigidas por el puesto) puede dejar una marca indeseable en tus antecedentes laborales. Esto, a final de cuentas, puede impedir una carta de recomendación para un ascenso u otro puesto, o bien impedir que te contraten en una nueva empresa.
No ser un “jugador del equipo” puede opacar tu imagen laboral. Los empleadores buscan a quienes funcionen en conjuntos y se desempeñen bien en equipos de trabajo, sea al mando o como miembro.
También debes atender al aspecto más social del trabajo. Los empleados que no comparten con sus colegas y compañeros, sea en eventos sociales, en charlas de pasillo, en almuerzos o eventos empresariales, no dejan una marca memorable en la entidad, de igual manera que sucede con quienes no ejecutan su sociabilidad. Procura compartir lo necesario, pues el otro extremo (el del empleado que no logra separar del todo su vida personal y habla continuamente de ella en el trabajo) tampoco es el más apreciado en el ambiente.
El empleado mejor apreciado es aquél que posee metas personales, además de las laborales, y se esfuerza por conseguirlas. Quienes no poseen motivaciones o metas por alcanzar, o se desentienden del cumplimiento de las propias del cargo, son peor apreciados por las entidades.
Los problemas y asuntos personales deben quedar fuera de las puertas de la empresa, de igual modo que debe hacerlo los comportamientos sociales y sentimentales. Tener romances de oficina puede opacar tu imagen en gran medida mientras que, por otro lado, despreocuparte del todo de la sociabilidad en la oficina puede dejar una mala marca en tu expediente. Lo mismo aplica a ser indiscreto o a entrar en el círculo de los rumores y comentarios fuera de lugar.
