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Versión para imprimir del artículo Tips para aumentar tu propia productividad en la oficina. No incluye formatos especiales ni imágenes.
La productividad es una parte fundamental del éxito laboral y empresarial. Si eres un trabajador productivo podrás cumplir las metas propuestas, anticiparte a las próximas, elevar tu satisfacción y, al final de cuentas, vivir una mejor vida laboral y personal. Y hay muchas maneras en las que puedes elevar tu propio nivel de productividad, sea que trabajes solo o en una oficina compartida.
La productividad depende de uno, aunque se relaciona con el ambiente de trabajo. Cada quien puede proponerse elevar su efectividad aunque el ambiente general sea algo ineficiente. Dependerá de ti, proponiéndote pequeñas metas por cumplir, organizando bien tu tiempo y recordando la motivación que te lleva a trabajar duro para conseguir esa meta.
Si trabajas en una oficina compartida, el nivel de productividad puede depender mucho del ambiente, tanto del espacio físico como del ambiente emocional. Una organización que no se preocupa por motivar a sus empleados seguro que gozará de menos productividad que una que los mantiene distendidos, comprometidos y bien recompensados. Sin embargo, aún en estos casos dependerá de uno mismo, de cómo nosotros nos propongamos cumplir metas y ser más eficaces a lo largo del día.
Todos tenemos momentos más productivos en la jornada laboral. Es cuando tu nivel de energía está a su máximo nivel, cuando te sientes más motivado. Este momento es particular para cada persona, por lo que el primer paso es analizar cuándo sucede este momento de mayor productividad en tu jornada. Una vez que lo sepas, organiza tu día para realizar en ese momento las acciones que requieran de mayor esfuerzo o concentración, dejando las más mecánicas o simples para los momentos menos productivos.
El descanso es esencial para elevar la productividad. Recuerda la regla de oro: cada 30 minutos estira tus piernas, cada 60 minutos lava tu cara y tus manos, y cada 120 minutos toma una caminata y sal al exterior unos instantes, para cambiar el aire que respiras, acompañado de un vaso de agua fresca. Estos pequeños descansos te permiten retornar a la actividad más fresco y energizado, elevando así tu eficiencia laboral.
Aprovecha la tecnología a tu disposición. Usa agendas electrónicas (o el ordenador) para organizar tu día y no olvidar pendientes, proponte fechas límite para tus actividades y escríbelas en la agenda, y anota todos los datos necesarios para cada reunión o evento laboral, para poder verificarlo apenas comienza la jornada o una hora antes. Tener todo bien organizado te evitará perder el tiempo en buscar aquél informe o carpeta, dejando este tiempo libre para el trabajo y la eficiencia.
Analiza el descanso fuera de la oficina: duerme lo necesario para tu propio cuerpo, pues la falta o el exceso de descanso nocturno afectan en gran medida la productividad laboral. También procura hacer alguna actividad física, preferentemente al despertar, como tomar las escaleras, salir a caminar o visitar el gimnasio. Tu cuerpo se sentirá más vigorizado y tu mente más despierta.
Come saludablemente dentro y fuera de la oficina. Las comidas con altos contenidos de grasas y carbohidratos te darán sueño y pesadez. Elige, en cambio, los bocadillos livianos y saludables, como frutas frescas, lácteos u otros, y almuerza ensaladas, carnes magras y comidas más bien livianas durante la jornada. Al salir de la oficina podrás comer con más sustancia, permitiéndote un buen descanso posterior.
