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Versión para imprimir del artículo La paciencia en los proyectos empresariales. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Papel y lápiz en mano, te sientas a planificar tu proyecto. Apuntas los pasos a seguir, las mecánicas a aplicar, y ordenas bien todos los números. El proyecto es factible, se pone en marcha… pero pareciera que, con tanta planificación, el tiempo pasara dos veces más lento. Es allí cuando necesitas fomentar tu paciencia y templanza, esperar los resultados sin apresurar las cosas.
Tienes dos caminos por seguir: considerar al tiempo como un gran enemigo, o ponerlo a trabajar a tu favor. Para tomar el segundo y más provechoso recorrido, debes planificar de antemano. ¿Cuánto tiempo demorarán las etapas en concretarse? ¿Hay tiempos “muertos” en el proyecto? Estos son los momentos de mera espera: que seque el concreto, que el proveedor de insumos llegue con la carga, que se cumplan los plazos estipulados para aprobar el papeleo y seguir adelante.
Durante estos momentos más calmos, en los que no queda otra cosa más que esperar, debes ponerte en marcha en otras actividades. Puedes ir adelantando, por ejemplo, la compra de materiales para la siguiente etapa, o ir definiendo las acciones de comunicación. También, puedes llevar adelante otro pequeño proyecto paralelo, uno que ocupe el tiempo de espera para no perder la calma, mantenerte activo, y quizás aumentar tus ingresos reales y potenciales.
También puedes aprovechar los tiempos quietos del proyecto para ir evaluando el desempeño. Analiza si se ha ido cumpliendo con las metas a corto plazo, si los pasos están siendo efectuados en el tiempo estipulado para ello. Si notas demoras, analiza la razón de las mismas y busca las soluciones más propicias: ¿hay que renovar la maquinaria? ¿Los insumos están siendo los adecuados? ¿El personal está capacitado en las labores?
Es imprescindible tener claro cada punto. Establece tu proyecto como una carrera de postas, indicando las metas por alcanzar, el tiempo límite para lograrlo, y los elementos e insumos necesarios para ello.
Para concretar un gran proyecto se requiere de personal capacitado en las acciones a seguir, pero también de personas especialistas en tareas específicas, que pueden no existir en el plantel laboral actual. En ese caso, la mejor manera de fomentar la paciencia es contratar colaboradores ocasionales externos.
Aprovecha los tiempos de espera para hacer las consultas y las acciones de estos colaboradores, que no dependen directamente de la empresa, y que puedan poner en marcha su labor independientemente del avance rígido del proyecto.
