En general,
recibimos consejos de personas destacadas, con más experiencia, con historias
vividas, y los acogemos, analizamos, y aplicamos en nuestras propias vidas. Pero
en lo que respecta al mundo laboral, hay que interpretar bien estos consejos,
pues hay algunos que se repiten a voces, y que no deberías de seguir jamás.
Si bien es una gran verdad, el consejo de “hacer mejor las cosas” no siempre se aplica. A menudo nos recomiendan mejorar algo que ya está en su mejor estado, y al intentar mejorarlo sólo terminamos por empeorarlo. Si tu jefe recibe un informe tuyo y te pide mejorarlo, deberías escuchar la petición, pero si es un conocido que te dice “dale más análisis” o algo por el estilo, sin comprender del todo tu labor o sin siquiera haber leído el informe –en este ejemplo- entonces el consejo no será aplicado a tu situación específica.
Haz tu mejor esfuerzo, analiza y revisa antes de entregar los papeles, y confía en tus instintos antes que en el consejo de quienes no saben sobre tus labores y aptitudes, que bien podrían por fomentar la insatisfacción laboral en lugar de propiciar tu avance y crecimiento.
Muchos recomiendan hacerse el bobo cuando los compañeros necesitan ayuda. Bajo la excusa de que los colegas ocupan de tu tiempo y que “eso no te corresponde”, muchas personas individualistas aconsejan no prestarse para asistir a los demás, sino seguir por el propio sendero como los caballos de desfiles: cegados hacia los lados.
Pero debes hacer lo que sientes correcto. No debes descuidar de tus labores, claro que no, pero si en tu corazón está el ser solidario y colaborar con un colega en apuros, debes hacerlo y satisfacerte de tus acciones. Siempre atiende a tus obligaciones, y usa tu criterio a la hora de prestar ayuda a quien la necesita, y no a quien se aprovecha de las situaciones para recibirla.