De que la primera impresión es la que cuenta estamos todos de acuerdo, y esto es más aún si hablamos del entorno laboral donde la imagen personal abre las puertas o las cierra.
En una empresa con gran cantidad de empleados, la diferencia y distinción se logran de dos maneras: rindiendo de forma excelente y con la mejor imagen personal.
Cuando todos tenemos más o menos las mismas capacidades, conocimientos y aptitudes para un puesto de trabajo lo que hará la diferencia es nuestra “buena presencia”, la forma de comportarse y la calidad de nuestra personalidad. Entonces, estamos más seguros que antes al afirmar que la imagen es tan importante como el conocimiento.
Para tener buena presencia o imagen no es necesario ser lindo, los estándares de belleza quedan a un lado cuando sabemos elegir lo que nos queda bien, siendo acorde a nuestra personalidad y lugar donde nos desenvolvemos.
Cuando nos toca cumplir con una tarea en una empresa y ésta no utiliza uniformes, entonces tendremos que buscar la ropa adecuada para la tarea y la empresa, nuestro cargo y la relación con el entorno.La ropa que te pongas puede marcar distancia o autoridad, puede hacerte ver y sentir más adulto o responsable (claro que debes acompañarlo con la personalidad y la eficiencia).
Por ejemplo, si tienes menos edad que el resto de tus compañeros y cumples con la misma tarea que ellos, estas casi obligado a vestir con camisa, pantalón o pollera y zapatos, de esta manera equiparas con tu vestimenta la línea de edad que te separa.
Si por ejemplo eres jefe de personal de tu misma edad, pero no trabajas en una oficina, puedes vestirte más cómodamente pero nunca con jean y zapatillas, lo mejor es optar por los pantalones de tela, los zapatos bajos o los mocasines.
Recuerda, la ropa que elijas debe ser siempre acorde a tu edad, de colores que no brillen, cómoda para que puedas moverte y linda para que te sientas bien.