Las entrevistas laborales son situaciones de inmensa presión, mayormente autoimpuesta. Cuando damos una entrevista para cubrir una vacante de un puesto de trabajo, nos sentimos como debajo de la lupa, en constante juicio. Y algo de ello es verdad, pero en la mayoría de los casos el asunto no es tan serio ni tan rigoroso como así lo pensamos.
Aquí te contaremos algunas claves y trucos para superar sin dificultades una entrevista laboral, desde lo anímico y lo personal, y especialmente a través de esas preguntas comunes que suelen resultar incómodas. De más está decir que no tocaremos el tema de tus conocimientos y capacidades, que harán el 50% de tus chances de obtener ese empleo. En cambio, nos abocaremos al otro 50% de tus posibilidades, que son las que sí puedes controlar y modificar sobre la marcha, para cada entrevista, según tu estado de ánimo y la situación en la que te hallas.
Cada entrevista laboral tendrá sus particularidades, en las que se te indagará desde diversos puntos de vista, según la labor a ocupar. Sin embargo, hay algunas preguntas comunes para casi todas las entrevistas de trabajo.
Por ejemplo, es muy común que el entrevistador entrenado te consulte sobre cuáles consideras que son tus virtudes y tus debilidades. Estos son temas complicados de tratar, y es justamente por eso que las preguntas son tan directas. Contesta con sinceridad, pero a sabiendas del alcance de tus palabras. Si puedes, conoce los detalles de la empresa o del puesto a ocupar, para determinar cuáles piensas que son las virtudes que se buscan, analizando si están entre tus capacidades y cualidades.
Con respecto a las debilidades, no saques a la luz todo aquello que te ponga en la lista de los menos probables. En lugar, intenta representar debilidades que pudieran servir como fortalezas, dependiendo de la labor. “Soy muy exigente con mis resultados” es mejor que “suelo atascarme con una labor”, “a veces soy demasiado puntual” es mejor que decir “llego más temprano de la cuenta”, y “siempre busco ir un poco más allá” es mejor que decir “nunca estoy conforme”, y pueden ser respuestas acertadas, siempre que te definan con sinceridad.
Otra pregunta habitual de las entrevistas de trabajo es la de por qué deberían contratarte, o por qué deseas trabajar con esa empresa. Nuevamente, responde con sinceridad. Sé concreto y detalla por qué estás interesado en la propuesta, sin dejar de lado lo obvio: estabilidad, salario, y posibilidades de crecimiento son siempre respuestas acertadas. Haz lo mismo cuando te cuestionen con tus objetivos. No respondas con “no se” o con “llegar a ser el presidente de la corporación”, sino mejor con “desarrollarme en mi potencial para crecer en la institución”. Deja fuera los detalles de tus proyectos personales si no se condicen con las proyecciones de la corporación que te está entrevistando: nadie gusta de contratar y capacitar a un empleado que piensa abandonar el barco antes de tiempo.
En una entrevista laboral quizás te consulten sobre tu trabajo anterior. Procura contestar con respecto y no desde el enojo, en particular si fuiste despedido: puedes sonar arrogante y furioso. Procura contestar con afirmaciones positivas, como “pienso que alcancé mi techo en ese puesto” o “la visión de la empresa no condice con la mía, y no me sentí en condiciones de fingir algo que no soy”. Siempre finaliza esta respuesta mencionando algo que hayas aprendido en tu antiguo trabajo, o algo que respetas y admiras de tu anterior jefe.