Desde finales del siglo pasado, nos bombardean la cabeza con consignas como "la nueva realidad laboral dice que ya no existe la estabilidad laboral", "debes aprender a vender tu capacidad de trabajo", "el mundo laboral cambia todos los días y debes seguir el ritmo de los tiempos", "debes reciclarte", "debes actualizarte", "debes ser una mujer emprendedora", etc.
Quieres crear tu propia empresa, te fastidia ver todos los días ejemplos de mujeres exitosas... pero la idea del siglo te resulta un misterio indescifrable.
El misterio radica fundamentalmente en encontrar lo que los especialistas denominan "el concepto ganador".
El primer paso para descubrirlo es saber que, para que un negocio funcione, el mismo debe responder a una necesidad.
Una buena manera que tienes para descubrir esa necesidad es observar los problemas que tú misma encuentras y pensar en cual sería la solución para responder a esa necesidad.
Durante una semana, o más, lleva un cuaderno de notas y escribe todas las ideas que se te ocurren. Navega por Internet, entra en los foros, lee los diarios. Busca si otras personas han tenido tu misma idea y si han podido llevarla adelante, si han fracasado o si han tenido éxito, quizás tu idea no es muy original y otras mujeres la llevaron adelante y han cosechado éxitos o fracasos.Si encuentras mujeres emprendedoras que han llevado adelante con éxito tu misma idea o nicho de negocio, no dudes en copiarlas, no hay nada de malo en eso. Corrige y mejora lo que ya existe, todas las empresas lo hacen, es más, el "espionaje industrial" es una industria en si mismo.
Trata de imprimir tu sello original, de demarcarte de la competencia, agrega algo nuevo o algo más, "un plus" que sólo ofrezca tu empresa.
Realiza tu propia encuesta entre tus amigos y familiares para ultimar detalles, para tomarle el pulso a los consumidores, seguramente habrá un antes y un después. Es increíble lo que uno puede descubrir indagando a los demás, ideas interesantísimas que no se nos hubiesen ocurrido jamás.
No puedes hacerlo si la actividad que elegiste responde lógicamente a una necesidad pero no a una actividad por las que sientes predilección. Debes levantarte cada mañana dispuesta y contenta, lista para la lucha.