Dirigir a un equipo en una empresa no es una tarea fácil. Para conseguir las metas, se necesita del trabajo de todos los miembros y de un líder que los dirija.
Esto aplica en equipos de trabajo que laboran cotidianamente y a largo plazo, o para equipos conformados para realizar un proyecto especial o de corta duración.
Sigue estos consejos para mantener a tu equipo organizado y encaminado a sus metas:
Es esencial que el equipo de trabajo cuente con un plan que defina las tareas que deben realizar rutinariamente o para un proyecto determinado. En el plan de trabajo deben estar asentadas las responsabilidades de cada miembro, así como sus fechas finales de entrega.
Una correcta planeación evita que dos personas realicen la misma labor y dupliquen esfuerzos. Designa tareas diarias para cada miembro del equipo y asegúrate de que las cumplan.
Los miembros de tu equipo deben saber que pueden acercarse a ti ante una duda o problema. Designa vías de comunicación de acuerdo a la prioridad del asunto, ya sean personales (mediante juntas o acercamientos individuales) o mediante el teléfono, correo electrónico o mensajería en línea.
Los miembros del equipo deben estar en constante comunicación para conocer las necesidades del otro y actuar para satisfacerlas.
Es importante que reconozcas los logros de tu equipo, para que los miembros se sientan motivados y con ánimo de seguir adelante. Los líderes deben exigir lo mejor de su equipo, pero también reconocerlos cuando han conseguido algún éxito. Para ello, puedes hacer una breve junta para destacar un logro común o enviar un correo de agradecimiento.
Si alguien en tu equipo destaca positivamente, procura felicitarlo frente a los demás, no con el fin de generar envidias, sino para mostrarlo como un ejemplo a seguir.
Procura que los miembros de tu equipo trabajen en un ambiente cordial y de colaboración. Esto no es sencillo de lograr ya que es normal que existan roces en el trabajo. Sin embargo, tú como líder, puedes facilitar la discusión de temas difíciles para llegar a acuerdos.
Escucha a las partes involucradas en una disputa y guía las negociaciones hasta llegar a una solución.
Recuerda organizar reuniones o momentos que unan a tu equipo en momentos fuera del trabajo y sin tanto estrés, pueden ser con motivo del festejo de algún cumpleaños o la celebración de un logro importante para todos.