Las largas jornadas laborales no sólo nos provocan agotamiento y tensiones físicas, sino también estrés. Tomarnos unos minutos cada día para poner en práctica algunas técnicas de relajación mental nos ayudará a mantenernos serenos y enfocados, y a concentrarnos mejor en nuestras tareas. Además, nos sentiremos más descansados, ya que el estrés causa agotamiento físico.
Para realizar estos ejercicios no es necesario tener conocimientos de meditación o técnicas de control mental. Basta con tomarnos unos minutos y, si es posible, poner alguna música tranquila.
El ejercicio más básico que nos ayudará a liberar nuestra mente consiste en cerrar los ojos, respirar profundamente, y visualizarnos en algún sitio que nos guste mucho. Dentro de lo posible, elegiremos algún lugar en el que hayamos estado al aire libre, en contacto con la naturaleza. Trataremos de conservar esta imagen en nuestra mente todo el tiempo que podamos, alejando cualquier otro pensamiento que comience a interferir. Mientras lo hacemos, respiraremos en forma lenta y profunda.
Para finalizar, abriremos los ojos muy lentamente. No es conveniente hacer movimientos bruscos al terminar la relajación. Trataremos de movernos lentamente por unos minutos, mientras recuperamos el ritmo corporal.
Los ejercicios basados en la respiración también son ideales para relajarnos. Quizás requieran algo de práctica, pero en pocos días podremos controlar nuestra respiración a gusto. Debemos sentarnos cómodamente, cerrar los ojos, y respirar en forma profunda y lenta. Al espirar, tratamos de relajar los músculos de todo de cuerpo. Buscaremos que nuestras respiraciones tengan siempre el mismo ritmo, esto es, que todas las espiraciones y aspiraciones tengan la misma duración.
Si nos resulta muy complicado, podemos ayudarnos contando. Una vez que hayamos entrado en ritmo, mientras respiramos, repetiremos alguna frase o palabra que nos serene. Lo ideal es permanecer en este estado unos 20 minutos, pero 10 minutos diarios bastarán, si no puedes tomarte más tiempo. Recuerda que debes alejar cualquier pensamiento que interfiera.
Una buena técnica para mantener la concentración es tratar de enfocar los ojos (como si los tuviéramos abiertos) en el entrecejo, llevando la vista al centro y arriba. Esto se conoce como “mirar hacia adentro”. Quizás te resulte más fácil lograrlo si imaginas que estás mirando un puto de luz ubicado entre tus ojos.
Todas estas técnicas, si bien son sencillas, requieren una práctica constante y una concentración adecuada, para no permitir que los pensamientos cotidianos interrumpan la relajación. Recuerda que no se trata de lograr meditaciones profundas, sino de alejar nuestra mente, por unos minutos, del ajetreo cotidiano.