¿Qué hacer si tienes un mal jefe?

¿Eres mejor que tu jefe?

No se trata de soberbia, ni de rencor hacia el cargo superior. Pero es una verdad, en muchas ocasiones innegable: el empleado tiene más motivación, más compromiso, mejores actividades y, simplemente, mejor rendimiento que su jefe. ¿Qué hacemos en estos casos?

Pues ciertamente no podemos sentarnos en frente al escritorio del jefe y hacerle saber que somos mejores que él o ella. Tampoco es conveniente entrar en tales conversaciones con colegas, pues es un contenido que puede llegar, muy fácilmente, a ser mal interpretado por parte del superior, resultando en un peor ambiente de trabajo, e incluso en la terminación de nuestro contrato.

El jefe, tu superior

Aunque tenga menos rendimiento, productividad o espíritu, el jefe es el cargo superior. Al menos a tu cargo. Es una persona con sus ventajas y desventajas, con sus fortalezas y debilidades, y con sus pros y sus contras. Sea cual sea la actualidad, el jefe ha obtenido ese cargo que, inevitablemente, en el momento está por sobre el tuyo, y posee profunda importancia en cuanto a las decisiones y a la determinación de las acciones.

¿Qué hacer si tienes un mal jefe?

Hay muchos motivos que pudieran explicar la poca efectividad del jefe en su cargo. Quizás no haya sido capacitado para un cargo de tal envergadura, o quizás esté pasando por situaciones que lo impulsen hacia la despreocupación y la falta de motivación en la realidad de la empresa.

Si el jefe está a punto de retirarse o de jubilarse, debido a la legislación reinante en el país o en la empresa, puede que no se sienta del todo motivado. Pero aunque el jefe esté próximo a retirarse, tú no: seguirás en tu cargo, en otro similar o también en uno superior luego de que él o ella ya no ocupen esa oficina de la esquina. Lo mejor por hacer, es ejecutar las tareas con tu propia motivación, sin bajar tu nivel de rendimiento porque alguien más (aunque sea el superior) lo haga.

Si el jefe ha sido nombrado por situaciones eventuales, puede que se sienta inseguro o que no haya sido capacitado para tal cargo. En este caso, debes analizar la situación y ejecutar tus tareas de la mejor manera posible. Si el jefe te consulta, puedes responder y colaborar para el cargo. Quién sabe, quizás los jefes de tu jefe lo sepan, y te tengan en cuenta para posteriores ascensos.

Sin química con tu jefe

Al igual que tú has notado ser mejor que tu jefe, él puede estar también al tanto de ello. En este caso hay que tener cuidado, pues un jefe inseguro no quiere ser superado por sus empleados. No te vanaglories de tus éxitos frente a él, y no fuerces las relaciones: si tú y tu jefe no tienen química, no hagas conversaciones forzadas ni intentes impulsar tus ideas por sobre su cargo, pues esto podría tener consecuencias nefastas.

En este caso, para evitar malos entendidos o problemas entre ambos, haz tus presentaciones siempre por escrito, enviándola con copia al departamento afectado por el proyecto, o al sector de asesoría legal de la empresa. También, envía una copia oculta a tu propio correo, para poseer el registro de tus ideas, y para tener prueba de tu autoría sobre ellas. La prevención es siempre mejor que la cura.