Uno de los problemas más graves que enfrentemos cuando trabajamos fuera de casa es la mala alimentación. Muchos factores son causantes de nuestro mal comer, como la falta de tiempo y organización para hacerlo, y la costumbre de no contar con hábitos cotidianos a la hora del almuerzo.
Es posible aprender a equilibrar de un modo adecuado nuestros horarios y nuestra dieta, sin la necesidad de omitir alimentos. Y, seguramente, conseguiremos estar en forma, en el peso debido, y mantenernos saludables en el trabajo.
En primer lugar, debemos acostumbrarnos a no comprar comida “pre-fabricada”, ya que ésta no es saludable para nuestro organismo. En lo posible, debemos optar por comida preparada por nosotros mismos. Lo más saludable es utilizar alimentos básicos como las frutas y verduras, las pastas y el arroz, ya que su conservación será más sencilla.
Debemos tener en cuenta que preparar nuestros propios platos requerirá de organización y tiempo, por lo que tendremos que preparar nuestras comidas la noche anterior o por la mañana, antes de ir a la oficina. De esta manera, lograremos que los alimentos mantengan su frescura y nutrientes en óptimas condiciones. Otra alternativa puede ser cocinar varias comidas el fin de semana y luego congelarlas, para ir llevando una por día al trabajo. No olvidemos llevar con nosotros una fruta para el postre.
En segundo lugar, es indispensable que nos tomemos el tiempo necesario para almorzar, al menos 30 minutos, y lo hagamos todos los días en el mismo horario fijo, ya que de esta manera nuestro organismo mantendrá su ritmo metabólico. Además, al dedicar tiempo a la comida, lograremos desconectarnos por un rato de nuestras obligaciones, y renovaremos energía para afrontar el resto de la jornada.
Asimismo, es necesario elegir un lugar agradable para comer. No debemos almorzar frente a la computadora, mientras tratamos de acabar con el trabajo pendiente. Es imperioso aprovechar ese momento del día para realizar un alto en las actividades. Además, debemos focalizar nuestra atención en la comida para controlar la cantidad de alimentos ingerida, por lo que hacerlo frente al ordenador no es nada saludable.
Evitemos el exceso de cafeína, que está presente en el café, el té y los refrescos, ya que produce nerviosismo, irritabilidad, estrés y ansiedad. Podemos elegir consumir café descafeinado o infusiones de hierbas.
A media mañana y media tarde es normal que tengamos hambre, por lo que podemos optar por colaciones saludables, como un yogur, una fruta, una barrita de cereal o algunas nueces. Estos alimentos saciarán nuestra ansiedad y apetito pero de una forma sana.
Siguiendo estos simples consejos, podremos lograr alimentarnos bien y hasta adelgazar comiendo en la oficina. Una correcta planificación y organización harán de nuestra alimentación un asunto más sencillo.