Es muy habitual que trabajemos frente al ordenador durante muchas horas al día, y por este motivo, suframos dolor de cabeza, fatiga y molestias en los ojos. Los trastornos clásicos de la vista son sequedad ocular, cansancio visual, dificultad para enfocar, lagrimeo, irritación y ardor, pesadez en los párpados, visión borrosa, y hasta dolor.
En primer lugar, es necesario invertir en un buen monitor, preferentemente que emita baja radiación, como los nuevos monitores LCD o LED. Estos monitores disminuyen los efectos dañinos sobre la vista, ya que emiten menos radiaciones perjudiciales para los ojos. A la vez, debemos cuidar que la pantalla esté nítida, con buen contraste, que carezca de parpadeos y que sea antirreflejo. La distancia ideal entre nuestros ojos y el monitor es de 70 cm.
En cuanto a la iluminación, debemos procurar que ésta sea natural, homogénea, y mayor que la de la pantalla. Es aconsejable que la luz ambiente sea tres veces mayor que la que emite nuestro monitor. Si vamos a utilizar lámparas, la iluminación debe ser indirecta y envolvente.
Utilicemos bombillas de buena calidad, ya que el parpadeo en las luces es sumamente dañino para nuestra vista. Además, es necesario ajustar la intensidad lumínica, que no sea ni excesiva ni deficiente, para evitar forzar la vista. Por último, evita que la luz natural o artificial ingrese desde la parte posterior del monitor, ya que esto provocará deslumbramientos.
Es muy importante que realicemos descansos durante nuestra jornada laboral, apartando la vista de la pantalla cada dos horas. Podemos levantarnos a dar un paseo por la oficina o salir a respirar un poco de aire fresco. Otra alternativa es realizar breves pausas, cada 15 o 30 minutos, enfocando la vista hacia objetos lo más distantes posible, para lograr descansar y relajar los ojos.
Otro ejercicio para descansar los ojos se basa en taparlos con las manos y abrirlos en un lugar oscuro o con poca luz, ya que, de este modo, relajaremos más la vista que con sólo cerrarlos. Asimismo, podemos alternar el enfoque de nuestros ojos entre un elemento lejano y uno cercano. El parpadeo frecuente evita los ojos secos, llorosos e irritados.
Por último, es necesario evitar la sequedad de los ojos, manteniendo el ambiente libre de humo e hidratando con colirios, soluciones oftalmológicas o lágrimas artificiales. Además, si utilizamos anteojos, deben mantenerse limpios y transparentes. Si podemos, procuraremos que los vidrios sean antireflex.