Cuando necesitamos usar parte de un ambiente de la casa para armar nuestra oficina, nos encontraremos con una situación que, con un poco de ingenio, se puede resolver fácilmente: ¿cómo armonizar la decoración del sector “oficina”, con el del ambiente de la casa en que se encuentra?.
Aunque es necesario que de algún modo este sector esté diferenciado, aislado o separado, también es cierto que, muchas veces, no es posible, y la oficina queda a la vista. Puede resultar un problema cuando se ubica, por ejemplo, en la sala de estar (ya que en el dormitorio es probable que nadie más la vea). Entonces, ¿Cómo diferenciarlo sin desentonar con el resto de la decoración?
Una manera de hacerlo es elegir muebles en la misma gama de color que el del ambiente. Esto, ya de por sí, nos dará cierta uniformidad. También es una buena idea colocar en la sala algún elemento decorativo que se transforme en el punto focal. De ese modo, nuestra vista se sentirá naturalmente atraída por el objeto o sitio en que éste se encuentra, y pasará por alto el sector de trabajo.
Aunque sea nuestro lugar de trabajo, no debe estar despojado de elementos decorativos. Incluir fotos familiares, flores frescas y alguna lámpara decorativa (no estrictamente “de oficina”), también ayudará a unificar con el resto de la sala. Las sillas, aún siendo ergonómicas, pueden estar tapizadas igual que los sillones o, por lo menos, podemos poner en el asiento almohadones de la misma tela.
Para guardado podemos poner una linda biblioteca en lugar de estantes, ya que viste mucho más. Si necesitamos poner cajas, hay archivadoras de cartón muy elegantes, con herrajes de metal, que asemejan cajas de cuero o madera.
Si usamos colores y texturas semejantes en todo el ambiente, lograremos que el espacio de oficina no se destaque demasiado como algo “adosado” o fuera de lugar, sino que formará parte del ambiente armónicamente.