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Cómo conseguir una buena imagen en nuestro trabajo
Tips para desarrollar una imagen positiva en nuestro trabajo
Tener una imagen personal y profesional positiva en nuestro trabajo puede ser una herramienta valiosa que nos abra muchas puertas, sumada a nuestras habilidades y buen trato.
La imagen personal influirá, sin duda, en nuestras relaciones personales con compañeros y superiores. Vestir en forma correcta (respetando nuestro estilo personal), lucir bien peinados y prolijos, mantener nuestras manos limpias y ser, en general, muy pulcros, conseguirá que las personas se sientan cómodas en nuestra presencia.
Por supuesto que esto debe estar acompañado de una actitud agradable. Saludar a todos cuando llegamos, sonreír siempre que podamos, tratar de dejar nuestros problemas personales en casa, no quejarnos todo el tiempo por los inconvenientes que podamos tener en nuestro trabajo, evitar los conflictos, son gestos que nos convertirán en alguien en quien se puede confiar, con quien se puede contar en situaciones complejas, pro-activo, y que contribuye al buen ambiente laboral.
Los chismes y rumores son inevitables. Si nos mantenemos alejados y no nos hacemos eco de esas situaciones, no contribuiremos a una situación que podría provocar algún tipo de malestar. El respeto a nuestros pares y superiores se demuestra no participando; de otro modo, nos convertiremos en cómplices involuntarios de comentarios que pueden dañar a alguna persona, en lo laboral o personal.
También la imagen profesional debe ser perfecta, especialmente si estamos tratando de conseguir un ascenso o mejora de las condiciones laborales. Llegar tarde a nuestro trabajo en forma consistente dará una imagen de irresponsabilidad y descuido. Mucho mejor es salir antes de casa, y llegar al trabajo unos minutos antes del horario.
Si tenemos una reunión de trabajo, prepararemos de antemano todo lo que necesitemos, especialmente si debemos hacer una exposición o presentación. Llegaremos antes que el resto de las personas ya que tendremos todo listo a tiempo, para no demorar el inicio de la reunión ni hacer perder tiempo a otros.
Cuando se te plantee un nuevo desafío, antes de aceptarlo tómate un tiempo para evaluarlo. Es mejor decir “no” y justificar nuestra decisión en forma lógica si creemos que no podremos hacerlo, que aceptarlo en pos de “ganar puntos”, y luego descubrir que no tenemos la capacidad necesaria o el tiempo requerido para cumplir con el encargo.
Si tienes personas a cargo, asegúrate de explicar claramente las consignas, para que no queden dudas de lo que necesitas. Si debes llamar la atención a alguien, siempre hazlo en privado: eso demostrará que lo respetas y no deseas que pase un mal momento frente a sus compañeros. Seguramente, tu llamado de atención tendrá mucha mejor recepción, y no provocará resentimientos.
