Nervios, tensiones, una gran inclinación hacia la depresión y la alienación social son el escenario óptimo para el desarrollo de las fobias sociales, que reducen tu participación y productividad, y afectan directamente tu desempeño laboral.
Quien las padece siente miedo a hacer o decir algo que cause vergüenza frente a los demás, y un temor a cometer un error y ser juzgado. Además, evita hacer cosas que quiere, hablar con personas desconocidas, y cuando debe hacerlo, se preocupa por días o semanas antes.
En lo físico, suele sonrojarse, sudar, temblar y sentir náuseas antes y durante un encuentro. Procura alejarse de situaciones sociales como reuniones de trabajo o encuentros, y en ellos suele beber alcohol para hacer desaparecer los temores.
Las fobias sociales pueden afectar a virtualmente cualquier persona, sin un motivo aparente, aunque con una causa de raíz que puede ser identificada mediante terapias. Según investigaciones, es más frecuente entre los hombres más jóvenes y entre las mujeres de más edad (pasados los 40 años).
Entre sus causas pueden inferirse factores genéticos o hereditarios, y predisposiciones emocionales adversas, como insatisfacción, depresión, constante estrés emocional y otras.
Las fobias sociales pueden ser detectadas y también tratadas mediante terapias o actividades que estimulen la participación social, primero en ambientes controlados y luego en inserción social.
Sin embargo, la mejor acción es la prevención. Procura alimentarte saludablemente, con muchas frutas y vegetales frescos, y mantén tu cuerpo hidratado. Practica ejercicios para mantener un adecuado balance químico y hormonal en el cuerpo, y liberar sustancias que hacen a tu bienestar, como la serotonina.
Participa en actividades sociales regularmente. Cuando vayas de compras, dialoga con otros clientes y con el personal de atención. Procura reunirte con familia o con amistades regularmente para evitar alienarte. Si trabajas por tu cuenta, intenta dialogar con personas diversas en el día a día, ya sean tenderos, taxistas o vecinos. Se trata de practicar las dotes de la charla y la interacción social en pequeñas actividades, condicionando a tu mente a acostumbrarse a ellas.
Hay muchos cursos y talleres de oratoria, teatro y participación en los que puedes inscribirte, como paso fundamental de desarrollar tu fortaleza en situaciones sociales. Puedes llevarlos a cabo por poco dinero, incluso gratis en algunos establecimientos, para prevenir las señales de las fobias sociales. Así, en la oficina será mucho más sencillo participar y tener la mejor productividad.