Se puede definir al maltrato laboral como una forma de violencia que responde a múltiples estímulos: culturales, religiosos, de género, de condiciones físicas, de etnia y raza, y también de imposición de jerarquías, entre otras. Esta forma de violencia, que puede ser física, emocional o ambas, también se puede suceder entre colegas.
Cuando hablamos de maltrato laboral no nos referimos a un hecho aislado, sino a la consecución de eventos y sucesos tendientes a la disminución en lo laboral y en lo emocional de una persona. A veces el maltrato es impuesto por temor a que el otro empleado nos supere, a veces ni siquiera notamos que estamos maltratando. Pero sí sabemos cuándo estamos siendo víctimas de maltrato laboral, pues sus síntomas son claramente apreciables.
Se habla de maltrato laboral cuando un empleado o un miembro de la organización es acosado por eventos y situaciones, por parte de superiores y/o colegas, que afectan tanto sus emociones como su desempeño y su integridad. Puede manifestarse de diversas formas: insultos, malos tratos, comentarios agravantes o también mediante su menosprecio profesional.
Por ejemplo, puede haber maltrato laboral cuando un jefe otorga a un valioso empleado tareas que están muy por debajo de su potencial, cuando se niega la posibilidad de ascensos, cuando la paga es insignificante en relación a la actividad, o simplemente con malos tratos y poca comunicación.
En casos extremos de violencia física y sobre exigencia al personal, el maltrato laboral puede comprometer la integridad de la persona. En los casos de maltrato mediante insultos, malos comentarios o menosprecio profesional, los resultados del maltrato laboral son el temor, la ansiedad y un aumento del estrés laboral. Así, el desempeño del trabajador se ve también afectado, como su productividad y eficacia laborales.
A nivel físico, incluso el maltrato emocional y profesional pueden dar claras señales, desde un sistema inmune debilitado hasta insomnio, malestares gastrointestinales, cuadros depresivos y decaimiento anímico y energético de la persona.
Ya sea que tú estés siendo víctima de maltrato laboral, o bien si eres testigo de un maltrato en tu oficina, debes actuar con confianza y determinación. Alerta a las personas responsables (al jefe o al superior en casos en los que sea adecuado, al departamento de personal o recursos humanos, incluso a las entidades estatales en denuncias expresas o anónimas) para que las autoridades pongan sus manos en el asunto.