La motivación del plantel laboral debe realizarse, en la mayoría de las ocasiones, por parte de la institución. Mediante departamentos y personal especializado la empresa puede elevarla y mejorar el clima laboral, aunque hay otras ocasiones en las que son los mismos empleados quienes pueden fomentar una motivación alta.
La principal motivación para el buen desempeño laboral es el dinero. Por una mayor paga, los empleados son capaces de subir el nivel de producción y accionar laboral. Pero en ocasiones, cuando la motivación económica es la adecuada, la empresa debe procurar crear un ambiente de motivación constante, y realizar estrategias en las que sean los mismos empleados quienes se motiven entre sí.
Una manera de lograrlo es haciendo eventos de postulación. Estos son pequeños concursos en temáticas específicas, en las que los mismos empleados se postulan unos a otros, y resulta premiado el de más cantidad de votos. Esta es una manera en la que ellos por su cuenta pueden reconocer los esfuerzos y la labor de sus compañeros, de manera justa y saludable, lejos de acomodos y envidias.
También se puede fomentar la motivación haciendo grupos de trabajo, los cuales han de conseguir la meta trabajando en conjunto, por lo que es en provecho de cada quien elevar la moral y la motivación a sus compañeros de equipo. Si a ello le sumamos una sana competencia o premiación para el equipo ganador, la motivación será aún más pronunciada.
La tercera técnica de lograr la motivación es fomentando el compañerismo entre los colegas. La empresa puede ofrecer reuniones mensuales de evaluación de calidad, en las que los empleados puedan postular ideas y presentar inquietudes, en charlas amistosas y un ambiente agradable. También se puede fomentar la realización de eventos y actividades fuera de los horarios de trabajo, donde los empleados puedan conocerse mejor y formar lazos que, en definitiva, permiten un mejor trabajo en equipo y la conformación de duplas laborales.
Cuando se establecen competencias amistosas dentro de la entidad o de un grupo específico (por ejemplo, de entre los vendedores el mejor del mes, y de entre el plantel en general, el de mayor producción), puede crearse un elemento negativo en la motivación empresarial, que es el de celos laborales. Cuando un empleado tiene mayores posibilidades que otro, la competencia será injusta. Por ejemplo, en una entidad de venta de seguros, el empleado que permanezca en planta tendrá más posibilidades de lograr negocios que el empleado de venta callejera. Por eso, la competencia y la premiación deben ser justas, y bien orientadas.
Una manera de lograrlo es delimitando el grupo en competencia. En este caso, se puede establecer el premio al mejor vendedor en planta y otro premio al mejor vendedor de calle. Luego, se debe permitir un reconocimiento público, ante todo el plantel, para cada uno.