A menudo los proyectos se frenan, detienen su marcha producto de obstáculos que aparecen. Pero en otras ocasiones, se trata de trabas que nosotros mismos, y sin saberlo, imponemos a nuestros emprendimientos. Aprende a reconocerlas y a evitarlas con este artículo.
Muchos proyectos se ven frenados aún cuando ya han sido bien plateados, esperando que caiga del cielo el mejor nombre comercial. Parece algo insignificante, pero no lo es: comienza sin nombre o marca, y pon tu proyecto en marcha cuanto antes.
Determina una descripción breve para definir tu producto o servicio, y luego denomina los nombres comerciales, dirección web y todo lo demás. Con el tiempo podrás crear todo lo demás, cambiar el nombre y hacer lo que sea necesario, una vez que el proyecto esté ya en marcha.
Aunque no tengas nombre comercial, asegúrate de cumplir con todo el papeleo legal antes de comenzar el proyecto. Muchos emprendimientos empiezan con toda pompa sólo para verse frenados en cuestión de semanas ante una inspección o por la demora de los papeles burocráticos. Aquí incluimos los papeleos de registro, permisos y licencias, identificación tributaria, y también el registro de los posibles empleados del proyecto. Cuanto antes comiences con ellos, mejor será para tu inversión.
Un gran freno de los proyectos es no contar con las finanzas claramente determinadas. Antes de empezar ya debes haber abierto una cuenta bancaria laboral, dejando la personal completamente por fuera del asunto. Esto te permitirá mantener las finanzas en orden, llevar un mejor registro contable y, también, solicitar los permisos y medios de pago.
No hace falta que gastes una fortuna en un contador registrado, bien puedes comenzar con un software gratuito de registros contables. Pero es imprescindible que lo hagas, y no lo dejes para “más adelante”. Aunque sea un libro en blanco en donde vayas anotando los gastos y las ganancias, lleva un registro completo, pues esto protegerá a tu proyecto y también a tu inversión.