Las tarjetas personales y de negocio son una necesidad absoluta. Cuando conoces a alguien, contactas con un potencial comprador o proveedor, o simplemente, para darte a conocer en un evento, y dejar tu tarjeta con tu información permitirá que los demás te recuerden mejor, y tengan siempre a mano la manera de contactarte.
Pero, como en todo: hay miles de diseños por allí, y serán sólo los más creativos los que gocen de mayor recordación por parte de los receptores. Mucho más cuando tu rubro de acción se basa en la creatividad, la inspiración y el ver las cosas desde otros puntos de vista. Por eso, hoy te mostramos una idea genial de crear tus propias tarjetas, en casa si lo prefieres, o para darle un toque especial a tus tarjetas hechas en imprentas.
La técnica que aprenderemos a aplicar ha estado en uso por muchos años. Se trata del uso de tinta sobre papel mojado, dejando detalles de color de un modo especial. Si bien es muy aplicada, lo cierto es que cada uno de sus usos arroja un resultado diferente, por el comportamiento de la tinta en el papel y su grado de humedad o textura.
Para hacer la técnica necesitas:
Prepara también las tarjetas, imprimiéndolas en casa o llevándolas a una imprenta. Déjalas secar a la perfección para permitir la evaporación de tintas y fluidos por, al menos, tres días. Al diseñarlas, deja un tercio –aproximadamente- del ancho de la tarjeta libre de impresión, pues allí aplicaremos la tinta.
Toma todas tus tarjetas, en el mismo orden y orientación, y sujétalas firmemente con las bandas elásticas por sobre la parte impresa, dejando la parte en blanco a la vista. Coloca el agua y el alcohol en un vasito, y sumerge allí el extremo sin impresión de las tarjetas, por unos segundos o un minuto, humectando el papel. Luego, levántalo y deja hasta que ya no gotee.
Coloca las tarjetas, esta vez dejando el lado libre y mojado hacia arriba, en otro vaso. Usa tiras de cinta adhesiva para dejarlas bien verticales, sin que se muevan a los lados. Sin demoras, toma una gota de una de las tintas y déjala caer sobre el lado del manojo de tarjetas, permitiendo que escurra hacia dentro. Repite con tantos colores y cantidad como prefieras. Probando diferentes combinaciones.
Luego, abre el manojo y deja secar las tarjetas perfectamente sobre un papel plástico blanco o incoloro, para finalizar rociando con una laca de fijación, o dejando que sequen por no menos de una semana. Tendrás tarjetas personales llamativas, especiales y personalizadas, con las que dejarás un gran impacto en sus receptores.