Las relaciones con los colegas y entre los compañeros de trabajo puede tener una enorme influencia en la creación de un apropiado ambiente laboral, lo que influye a su vez en tu productividad y en el disfrute de tus labores. Pero crear buenas relaciones no es un elemento impuesto por la corporación, sino que se trata de una labor a la que debemos atender a diario. Ya sea que eres nuevo en la empresa o que hay nuevos compañeros, aprendamos algunas buenas prácticas para fomentar el mejor ambiente laboral, a través de relaciones laborales adecuadas y beneficiosas para todos.
La buena actitud es infaltable, tanto para la creación y el mantenimiento de buenas relaciones, como también para tu propia productividad laboral. Si llegas a la oficina con el ceño fruncido y escudado detrás de un muro emocional, seguramente no lograrás crear buenas relaciones. Por otro lado, si vas desesperado por hacer amigos verdaderos, entonces podrías terminar por sufrir desengaños y presentarte un poco agresivo en tu búsqueda.
Lo mejor es estar abierto a compartir, en su justa medida, y comprendiendo la situación real: se trata de lograr una buena relación, a nivel humano, con compañeros de trabajo. No estás buscando a tu futuro mejor amigo de por vida, sino a un grupo de personas con quienes puedas compartir algunos comentarios amigables a la hora del almuerzo, en los recreos, e incluso en los eventos corporativos.
Para entablar buenas relaciones en el trabajo, debes comportarte como te gustaría que los demás se comporten contigo y en torno a ti. Si vas por las oficinas hablando mal de la empresa, criticando a otros colegas, quejándote constantemente y con una actitud negativa, entonces no conseguirás que las personas sientan deseos de compartir contigo. Por el otro lado, si tienes una poco natural tendencia a ser extremadamente optimista, permisivo, y no presentas capacidad de crítica constructiva, te estarás mostrando poco natural, casi falso.
Lo mejor es presentarse de manera natural: todos tenemos malos días o podemos darnos el lujo de quejarnos de algo, pequeño y puntual, como el mal humor de ese momento porque la impresora no quiere funcionar. Lo importante es no caer en los extremos y, si has de hacerlo, procura inclinarte hacia lo positivo y nunca hacia lo negativo, las críticas, los comentarios de pasillo, la intromisión en la vida privada de los demás y otras situaciones que a ti no te gustaría encontrar en los demás.