La ambientación del escritorio y de la oficina no sólo responde a un asunto estético, sino también funcional. Contar con una oficina o un despacho bellamente decorado, bien iluminado y agradable a la vista te da más comodidad, permitiendo una mejor labor en tareas que requieran de concentración e invitándote a permanecer períodos extensos en una zona agradable.
Para la ambientación, la mejor idea es colocar fotografías familiares. Un perchero de pie y algunas pinturas similares darán el toque final a esta ambientación familiar, a la que puedes sumar los dibujos de tus hijos en un panel lateral.
Esta decoración es algo más fría, ideal para los jóvenes que buscan integrar sus gustos personales al trabajo. Puedes crear una ambientación cálida en las pinturas de muros y techo, agregando cortinas modernas rebatibles. Suma los elementos que se relacionen directamente con tus gustos personales: arte elaborado con partituras y una guitarra en su pedestal para un ambiente musical, una columna de discos y algunos gadgets aquí y allá para los geeks de la oficina, incluso fotografías y trofeos de tu pesca o de la actividad que más te place, para poder inspirarte con su sola presencia en el momento en que lo necesites.
Tu oficina puede ser una suerte de retiro zen si renuevas su decoración. Techos blancos, muros en tonos verdes claros y alfombras en colores claros o en madera son la base sobre la que puedes lucir pocas piezas de arte, cortinas claras y muy vaporosas, mobiliario de líneas simples en tonos naturales, y una fuente de agua que produzca un relajante sonido con su funcionamiento.
Si tienes muebles auxiliares, complementa la decoración con un jardín en miniatura, algunas velas aromáticas y sahumerios que puedas encender si lo deseas, y tres plantas vivas pequeñas en distintos puntos de la habitación. La música relajante será el broche de oro para esta decoración: sólo cierra la puerta y enciende tu música a bajo volumen, para permitir la relajación y la mayor y mejor concentración en las horas de trabajo.