A la hora de decorar una oficina, el Feng Shui nos llena de consejos referidos al arte de atraer las buenas energías. Ahora veremos algunas indicaciones generales, para que nuestra oficina esté totalmente decorada de acuerdo a estas indicaciones, aunque sea en forma básica. Si queremos un espacio de trabajo 100% Feng Shui, deberíamos acudir a un especialista, porque son muchos los detalles a tener en cuenta, y no siempre es sencillo armonizarlos todos.
Partiendo del principio de que el objetivo de la decoración Feng Shui es facilitar el flujo del Chi positivo y bloquear el Chi negativo, debemos tener en cuenta, especialmente, las aberturas (puertas y ventanas) y áreas de circulación dentro de la oficina.
Si las ventanas se mantienen cerradas porque hay aire acondicionado, entonces la puerta principal de acceso a la oficina será la única entrada de energía. Debemos evitar que haya objetos obstaculizando la entrada, para que la energía fluya por todo el espacio. Sin embargo, tendremos en cuenta que las líneas rectas no son positivas, por lo que, si hay un largo pasillo desde la entrada, deberemos colocar objetos (plantas, espejos, esculturas) que modifiquen el recorrido de la energía. Si ponemos espejos, recordemos que nunca deben estar enfrentados.
Del mismo modo, cuando el espacio es muy grande y muy abierto, conviene crear divisiones para que el Chi fluya en forma circular, y no recta. Las plantas son muy útiles para generar divisiones, ya que atraen y conducen la energía. También sirven los muebles redondeados, sin ángulos rectos, pero evitaremos las columnas y puertas.
Con respecto a la ubicación de las mesas de trabajo, se considera que, en general, las personas deben sentarse con la espalda hacia la pared. De no ser posible, la silla debe ser alta, ya que cumple la función de elemento protector. Y el frente de la mesa de trabajo debe estar despejado. Hay excepciones que son mencionadas en el Feng Shui, y se relacionan con tareas específicas.
Por último, para purificar el ambiente, podemos usar recursos como ubicar en el escritorio una lámpara de cristales de sal, plantas o cristales de cuarzo.