En el trabajo, el acoso laboral puede variar desde un comentario inapropiado, una forma más obvia de acoso sexual, o hasta un acoso físico. Sin embargo, hay una forma mucho más habitual en el plano laboral: el acoso psicológico. Éste puede presentarse desde un colega que constantemente te minimiza, hasta un jefe que te agrede de una forma indirecta, tomando crédito por tus logros y hasta recordándote que nunca podrás ascender en la empresa.
Como todas las formas de acoso, esta se basa en la imposición del poder y en el establecimiento del miedo como estrategia de control y subordinación. Pero puede ser eliminado y hasta prevenido, siempre que sepamos actuar a tiempo, ya sea en nuestra propia piel, o si somos testigos de ello, en la vida de un colega o compañero de trabajo.
Para la existencia del acoso psicológico laboral, se cumplen tres condiciones fácilmente analizables.
La primera es la existencia de un acosador, con características tiránicas. Es quien daña moralmente, humilla, impone el miedo y minimiza a sus víctimas, quizás buscando control, o por otros motivos mucho más internos a la persona.
El acosador es detectable, pues es quien ejecuta la acción de acoso, minimiza verbalmente, humilla en palabras y hasta en gestos, pierde la paciencia rápidamente cuando las cosas no se cumplen según sus mandatos.
La segunda condición de acoso es la existencia de superiores incompetentes. Ya sea por desconocimiento o por desinterés, el acosador no podría actuar ante jefes preocupados y que establezcan el orden en la estructura de la oficina o del sitio de trabajo.
La tercera condición, claro, es la existencia de un clima de trabajo que permita el acoso. Suele darse en oficinas multitudinarias, donde sus miembros (bajo un reinado de miedo a perder su puesto) suelen mirar hacia otro lado. Al haber muchos empleados, es más difícil notar las injusticias en el otro, y este es el campo predilecto de los acosadores.
El primer paso para eliminar la situación de acoso es identificar al acosador y a sus tácticas, para denunciarlas y ponerles fin cuanto antes, sin agravios ni situaciones violentas. Los acosadores laborales atacan en cuatro planos bien definidos: