Si lo piensas fríamente, sabrás que son los clientes quienes tienen la carta más alta en la partida de las ventas. Ellos eligen el producto o servicio a comprar, y también el momento de hacerlo. Pero, más importante aún, son quienes escogen al empleado que se quedará con el mérito, y hasta con la comisión por la transacción.
Para ser el vendedor que los clientes buscan, bastará con que hagas pequeños cambios en tu actitud y desempeño. En esta nota veremos algunos buenos consejos para lograrlo.
Los clientes buscan al vendedor que vele por sus intereses, y no por los de la empresa. Siempre recuerda buscar la mejor oferta, una que te deje buen margen de ganancias, pero que sea la más provechosa para las finanzas del comprador.
Haz que tu cliente lo sepa, mostrándole las demás opciones. Recuerda que lo que buscas es su conformidad, de modo que si mañana te dedicas a un nuevo rubro, ellos te sigan y confíen en ti, no sólo a la empresa a la que representas hoy.
Todo buen vendedor reconoce esos momentos en los que hay que dar el brazo a torcer: bajar el precio o agregar beneficios, por ejemplo. Pero también debes actuar con confianza, con valor y orgullo, saberte un buen vendedor, y convidar esa imagen a tus clientes. Ellos reconocen estas buenas virtudes, y las eligen, dejando de lado a los que venden sólo por oficio.
Busca nuevas maneras de lograr tus metas. Viste de un modo diferente, ofrece material multimedia y digital, ofrece nuevos canales de comunicación a tus clientes. A ellos les gusta tener acceso inmediato a ti, y contar con todo el material necesario y complementario. También saben reconocer al vendedor que funciona fuera de los esquemas, apreciando esta capacidad y descartando los acartonados discursos de ventas.
El consejo final y, quizás, el más importante: la mentira se huele a la distancia. Si engañas a un cliente puede que hayas hecho la transacción, pero alterarás tu reputación de modo irrevocable. Mejor confía en tu honestidad, haz el bien y evita engañar a colegas, clientes o a la empresa misma sólo para obtener una tajada del pastel.
Finalmente, ponte en el lugar del cliente de vez en cuando para que te elijan. Hazlo como ejercicio, o bien sal de compras a la calle y analiza qué es lo que funciona mejor, cuándo te sientes mejor atendido y demás, para incorporar nuevas herramientas a tu bolsa de trabajo. Aprende cosas nuevas a diario, para mantenerte siempre un escalón más arriba de los demás vendedores: así los clientes sabrán elegirte con sólo verte.