Has seguido buenos consejos y creaste tu perfil de empresa en Facebook. Esta es una genial herramienta de exposición y posicionamiento que te facilitará fidelizar a seguidores y crear nuevos contactos, pero es el momento de dar un paso más allá y lograr una mayor interacción con todas estas personas que quieren conocerte. Para lograrlo, te proponemos estas ideas.
No basta con crear un perfil o página y dejarla tal como está de manera permanente. Debes continuar cargando contenidos de manera regular, diaria preferentemente. Carga contenidos adecuados al rubro de actividad, contenidos multimedia y escritos que sean relevantes a la empresa.
Puedes publicar la oferta del día, fotografías de la mercadería y de la empresa, videos con tus clientes y personal, artículos y notas relevantes al rubro de mercado, y un sinfín de opciones. Asegúrate de darle un uso apropiado a la página: no te quedes jugando a los juegos propuestos y sumando animales a tu granja virtual.
También, evita participar en debates ajenos al aspecto comercial. Afiliarte o convertirte en seguidor de tu equipo de fútbol asiático favorito sólo funcionaría si lo representas de algún modo, o si quieres crear un perfil corporativo al respecto.
Hoy Facebook permite la carga de contenidos de todo tipo, y enlaces a otros sitios. Aprovecha estas herramientas al máximo: carga fotografías, videos y textos, enlaza a tu cuenta de Twitter y a tu sitio web, permite la suscripción de seguidores fácilmente en los demás sitios, y asegúrate de darle un funcionamiento visual. Se ha comprobado que los navegantes y usuarios de Facebook dan más atención a los perfiles con elementos visuales.
También, trata de interactuar con tus seguidores. Propón juegos, pide opiniones, y crea canales de diálogo abiertos. Mantén tu sitio activo a lo largo del día o, al menos, comprueba las consultas y comentarios con una gran regularidad. No dejes preguntas sin responder, tus amigos se sentirán más integrados, tus seguidores más fidelizados, y tu exposición será mayor si das a tu perfil esa sensación del trato cara a cara, sin salir del escritorio o de la oficina.