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Versión para imprimir del artículo Ejercicio para liberar la tensión en el trabajo. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Si trabajas durante largas jornadas frente al ordenador o sentado en un escritorio, entonces probablemente el ritmo de vida, el estrés y las exigencias diarias se hagan sentir en tu cuello y tus hombros. Es muy importante aprender a relajar esta zona tan afligida, para poder continuar sin problemas la jornada laboral.
Aquí te proponemos un ejercicio sencillo que puedes realizar sin abandonar tu puesto de trabajo. Antes de sentir una rigidez en tu nuca y en tus hombros, alivia la zona tomándote cinco minutos de descanso.
Sin abandonar tu silla, detén la labor y toma un profundo respiro, para liberarte de la concentración y de la tensión por unos instantes. Siéntate en una posición cómoda. Relaja los hombros, dejando caer los brazos libremente hacia el costado, por fuera de la silla. Tu espalda debe estar recta, pero en una posición cómoda y natural.
Sigue respirando lentamente, inhalando por la nariz y exhalando por la boca, para despejar la mente. Puedes tener los ojos cerrados, de modo de no hallar distracciones que impidan tu relajación.
Lentamente, gira tu cabeza de lado a lado. Mantén tu cabeza en cada lado por unos segundos, sin forzar la posición, y lentamente gírala hacia el otro hombro, sin inclinarla. Mantén la cabeza allí unos segundos más. Repite este ejercicio cuantas veces quiera para aflojar tus músculos.
Vuelve la cabeza a una posición frontal, mantén la pose unos instantes, respirando lentamente, y luego lleva el mentón hacia tu pecho, muy lentamente. Llega tan abajo como puedas, sin forzar el movimiento ni provocarte dolor. Mantén la cabeza en esta pose hacia abajo por algunos segundos, y lentamente vuelve a la pose original, frontal.
A continuación, haz el mismo ejercicio, esta vez llevando la cabeza hacia atrás, muy lentamente. Al llegar al límite, mantén la pose unos segundos, y luego vuelve a la pose frontal. Repite este ejercicio hacia arriba y abajo unas tres veces, más si lo necesitas.
Luego, relajaremos los hombros. Respira lenta y profundamente, y levanta los hombros tanto como puedas, sin hacer fuerzas extremas ni causarte dolor o incomodidad. Con los hombros altos, realiza pequeños movimientos circulares, primero hacia adelante, y luego hacia atrás. Hazlo lentamente, respirando con tranquilidad. Al hacer unas diez rotaciones, baja los hombros lentamente, hasta su pose natural. Realiza este ejercicio unas cinco veces, o cuantas sientas necesarias, para relajar completamente tus hombros.
Para finalizar la relajación, lentamente levanta tus brazos, estirados, llegando preferentemente a juntar tus manos por sobre tu cabeza. Cuenta hasta 10, y lentamente baja los brazos, estirados, por los lados. Haz este ejercicio tres veces, o cuantas sientas de necesidad.
Al finalizar, respira profundamente algunas veces, y luego abre los ojos. Tómate un minuto antes de continuar con tus labores, ahora relajado y renovado.
