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Versión para imprimir del artículo Cómo renunciar al trabajo sin crear problemas. No incluye formatos especiales ni imágenes.
A lo largo de nuestra vida laboral, más de una vez cambiaremos de empresa por distintos motivos: En busca de una mejora de dinero o de cargo; porque no nos sentimos cómodos en nuestro lugar de trabajo; porque tenemos nuevos objetivos, etc. Lo importante es marcharnos de la mejor manera posible, sin generar conflictos y sin dañar nuestra imagen.
Si renunciamos porque hemos conseguido un puesto mejor, o por una importante mejora salarial, probablemente no tendremos mayores inconvenientes. Será responsabilidad de la empresa que la salida se produzca de la manera más armónica posible, y la introducción de un reemplazante no genere conflictos. Pero si nos estamos yendo porque no nos gusta nuestro trabajo, porque no hemos conseguido reconocimiento por nuestras labores, o no estamos conformes con el salario, es sumamente importante que tengamos la sensatez de marcharnos en los mejores términos.
Probablemente habremos agotado todas las instancias posibles para no tener que tomar la decisión de marcharnos. Y, si no hemos conseguido resultados satisfactorios, es probable que nos sintamos algo molestos. Pero es sumamente importante que mantengamos la calma y el buen ánimo, mientras preparamos nuestra salida.
Una vez que hemos comunicado nuestra decisión de marcharnos, una de las peores cosas que podríamos hacer es hablar mal de la empresa o sus directivos. Ni siquiera al dejar la empresa en forma definitiva debemos cometer este error. No olvidemos que, seguramente, en el nuevo sitio de trabajo pedirán nuestros antecedentes laborales. Y si hemos sido conflictivos, las referencias no serán buenas.
Seguramente, en el nuevo empleo nos preguntarán los motivos de nuestro alejamiento del trabajo anterior. Una respuesta sencilla, sin entrar en detalles, pero sincera, es "no me sentía reconocida en mis labores”, o “en busca de una mejora salarial”, o “necesitaba crecer en mi carrera”. Esto no sólo nos sacarán del paso en forma elegante, sino que ayudarán a crear una imagen ante nuestro nuevo empleador. La discreción es una cualidad que en todas las empresas se aprecia.
Por otro lado, actuar en forma correcta antes de nuestra salida de la empresa no deja de ser una cuestión de conveniencia: nunca sabemos cuándo podemos llegar a coincidir con alguna de las personas con las que hemos trabajado, ya sea compañeros, jefes o directivos, y si nuestro comportamiento ha sido correcto, estaremos evitando posibles futuros conflictos.
Cualquiera sea el puesto que ocupemos, nuestro comportamiento debe ser siempre profesional. Este tipo de actitudes siempre trascienden, especialmente en el mundo corporativo actual. Si nos comportamos correctamente, no estaremos haciendo más que preservar nuestro futuro laboral, aunque el presente no sea de nuestro total agrado.
