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Versión para imprimir del artículo Oficina compartida, una opción de ahorro. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Tener tu propia oficina es siempre la meta a alcanzar para quienes trabajan de manera independiente. Sin embargo, rentar un espacio para instaurar tu oficina privada suele ser bastante costoso.
Para rentar tu propia oficina necesitarás dedicarte a la búsqueda del sitio ideal. El mejor lugar para las oficinas estaría en el distrito comercial, más céntrico. Pero esta es también la opción más costosa, y podría poner en peligro las meras bases de tu actividad, haciéndote incurrir no sólo en el gasto de la renta o del alquiler, sino también en traslados, servicios y demás.
La oficina compartida es una gran opción, pues al dividirse los gastos entre dos o más personas, los valores se verán seriamente minimizados en los gastos que debes desembolsar cada mes, incluyendo los servicios. Por ejemplo: la conexión a Internet. A mayor cantidad de usuarios, el valor mensual no ascenderá: allí tienen una gran fuente de ahorro en tus gastos mensuales.
Hay muchos beneficios en compartir la oficina. Sin ir más lejos, podrás estar en el distrito comercial o en el centro de la ciudad, recibiendo a tus clientes de manera mucho más práctica, y aún así conservando tu privacidad y seriedad comercial.
Compartir la oficina laboral, sin embargo, no es para cualquiera. Si tu trabajo requiere de un ambiente silencioso (por ejemplo, si eres terapeuta) seguramente no será conveniente compartir la oficina con un músico que se dedica a diario a ensayar con su instrumento, o a un editor de sonidos, por citar un ejemplo. Si tu profesión requiere de un ambiente creativo, un compañero de oficina debería saber comprenderlo o, en cualquier caso, aprender a respetarlo, sin interferir uno en la actividad del otro.
La oficina en sí ha de tener en cuenta la cantidad de miembros que la compartirán y sus actividades. Lo ideal es que cada uno cuente con su propio espacio privado, en habitaciones individuales si se trata de profesiones separadas. También puede ser una simple oficina con una gran mesa en donde los trabajadores que la compartan puedan simplemente colocar sus ordenadores, si sus actividades lo permiten.
No olvides tener en consideración las metodologías del trabajo de los integrantes. Si tienes un socio que necesita hacer presentaciones o recibe a grupos de clientes, entonces la oficina debería tener una sala de conferencias o una habitación individual, privada, para estos usos.
Finalmente, recuerda que el ambiente de la oficina compartida ha de ser similar al de las oficinas convencionales de colegas. Se debe respetar al otro, y propiciar un ambiente de camaradería. Ha de contar con un sitio de esparcimiento, un cuarto de baño adecuado y en condiciones, una cocina o sala afín, buena iluminación (de preferencia, natural) y mantenerse siempre en buenas condiciones de orden y limpieza.
