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Versión para imprimir del artículo 3 consejos zen para lograr objetivos en el trabajo. No incluye formatos especiales ni imágenes.
El zen lo invade todo y nos insta a deshacernos de todo aquello que no es imprescindible (objetos, pensamientos, alimentos, actividades, etc.), y llevar una vida más simple. Pero, como de algo hay que vivir, claro, los gurúes del zen moderno nos explican cómo aplicar estas teorías al mundo de los negocios, para conseguir mejores resultados con menos esfuerzo.
Leo Babauta es un periodista y escritor estadounidense, autor del libro “The Power of Less”. En él, propone algunas recomendaciones para hacer que nuestro esfuerzo dé mejores frutos. Estos consejos se pueden adaptar a cualquiera que sea nuestro objetivo: terminar una carrea, conseguir un empleo, o mejorar nuestro nivel de productividad. Veamos un resumen de las mismas.
La primera recomendación es proponernos un único “gran objetivo”. Esto significa exactamente eso: descubrir cuál, de todos los deseos o necesidades que tenemos, es la más importante, aquello que parece inalcanzable y nos representa un desafío a largo plazo. Según Babauta, tener un único gran desafío nos obliga a poner toda la energía en él, a no dispersarnos. Lo cual es muy bueno, teniendo en cuenta que nuestro tiempo y energía son limitados.
Si estamos bien enfocados en ese objetivo, y totalmente convencidos de que eso es lo que deseamos, nada podrá distraernos de él. Babauta aconseja hacer meditación, ya que ayuda a ponernos en foco cuando flaqueamos.
La segunda recomendación es tener sólo 3 proyectos a la vez. Y no es una contradicción con la recomendación anterior. El objetivo es lo que queremos conseguir; los proyectos son el medio por el cual lograr el objetivo.
También en esto a veces tenemos problemas, ya que comenzamos varios proyectos a la vez y las energías se dispersan. Los proyectos deben ser de corta duración, y no debemos comenzar ninguno nuevo hasta haber completado los 3 primeros. Entre los 3 proyectos puede haber alguno personal, que no tenga relación con los negocios.
La tercera recomendación es sumamente importante, ya que nos librará de las dilaciones, los apuros de última hora, y la sensación de culpa por no haber hecho lo que debíamos o queríamos hacer.
Cada noche debemos elegir 3 tareas para el día siguiente, que tendrán prioridad sobre todas las demás. Si es necesario, para una mejor internalización, podemos escribirlas en un papel y ponerlo en un lugar visible.
Es conveniente que alguna de las tareas tenga relación con algo personal, que forme parte de alguno de los proyectos de la semana. Y no es necesario que las tareas sean siempre diferentes, de hecho, puede ser que alguna de las tareas sea importante para nuestro objetivo, y requiera de atención diaria. Este sería el caso, por ejemplo, de que estuviéramos escribiendo un libro. Cada día habría una tarea repetida: “escribir x páginas de mi libro”.
Este método no parece muy complicado, pero tampoco es sencillo, ya que se basa en la disciplina y el autocontrol. Si no los tienes, comienza simplemente por la meditación y las tareas diarias, e incorpora de a poco los proyectos. Cuando hayas adquirido la disciplina, será el momento de pensar en el “gran objetivo”.
