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Versión para imprimir del artículo El trabajo sedentario no siempre es malo. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Cuando hablamos de sedentarismo solemos pensar en una persona abandonada sobre el sofá, viendo televisión, comiendo botanas. Pero el sedentarismo se entromete en casi todas las áreas de nuestra vida, no sólo en los momentos de ocio. Y en el ámbito laboral es un enemigo a vencer, pero también a conocer, como veremos en esta nota.
El trabajo sedentario es aquel que requiere que pases largas horas sentado, por ejemplo frente al ordenador o atendiendo a clientes en un mostrador. Este tipo de actividad promueve un estilo de vida sedentario, pues tu cuerpo se acostumbra a permanecer en esa posición quieta, y sientes que cada vez tienes menos ganas y energías de levantarte, caminar, hacer actividades. Pues debes vencer ese tedio y levantarte de tu silla, al menos una vez por hora. Camina algunos pasos, ve a la cocina y bebe un vaso de agua, ve al sanitario y lava tu cara y tus manos para despertarte. Esto promoverá tu circulación sanguínea y renovará tus energías, para continuar con la jornada laboral.
Al salir del trabajo, si este es tu caso, procura caminar en lugar de subirte al transporte inmediatamente. Si vas en coche, deja el vehículo en casa y ve a hacer las compras y tramites a pie. Aliméntate saludablemente, con muchas frutas y vegetales, para nutrir tu cuerpo. Bebe mucha agua para mantenerte hidratado y activo, evitando las bebidas azucaradas. En cualquier caso, regresa a casa y ve a pasear con el perro, o da unas vueltas a la manzana. Así recuperarás las energías al cuerpo y te revitalizarás para la siguiente jornada.
Por otro lado, hay trabajos y puestos que exigen un movimiento constante. Caminar, realizar labores físicas y trabajos de fuerza y demás, son actividades completamente opuestas al sedentarismo. Pues en este caso el tema cambia, y el sedentarismo se hace algo necesario.
Pero hablamos aquí de un sedentarismo limitado, una relajación durante las actividades. Supongamos que trabajas haciendo trámites en la calle, visitando clientes, yendo y viniendo todo el día. Demasiada actividad puede extenuar tu cuerpo de una manera innegable. Así, cada dos a tres horas, toma un recreo de 15 minutos. Siéntate en el banco de una plaza, respira profundo, bebe agua y consume frutas y barras de cereal. Esto renovará tus energías.
Al regresar a casa, procura tener un buen rato de ocio sedentario. Abandónate en el sofá, mira la televisión o lee un buen libro. Conversa con tu pareja o con tu familia, y procura relajar absolutamente tu cuerpo en una actividad que no necesite mover la musculatura más que para mover los ojos o los labios al hablar.
Este sedentarismo, limitado y controlado, será totalmente beneficioso para tu vida. Te permitirá relajar el cuerpo y la mente, te liberará de preocupaciones, y dará un corte efectivo a tu vida laboral y personal, preparándote así para el disfrute y el descanso. Luego, cuando te levantes de la cama al día siguiente, estarás renovado para comenzar una vez más con tu energética actividad.
