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Versión para imprimir del artículo La igualdad de géneros en el trabajo. No incluye formatos especiales ni imágenes.
La igualdad de géneros en el ámbito laboral debe medirse a partir de las obligaciones y de los cumplimientos de objetivos y tareas, aunque en respeto a las capacidades de cada uno, y también en consideración a su propia biología.
Por ejemplo, las mujeres gozan de iguales francos y asuetos laborales que los hombres, aunque en casos especiales tienen posibilidades anexas que han de ser respetadas. Una de ellas es la ausencia por maternidad, y no es para menos. Mientras que los hombres tienen unos días de asueto pago permitido, las mujeres requieren de más tiempo, de hasta 3 meses antes y después del parto, y luego a consideración de la situación en particular. No se trata de un beneficio del género, sino de una necesidad: un bebé recién nacido, tanto como una madre en sus últimas semanas de embarazo, requieren de su ausencia del sitio laboral por obvios motivos.
Pero cuando hablamos de igualdad de géneros en el trabajo, normalmente nos referimos a otra consideración. Se trata del trato igualitario: igual remuneración por igual trabajo es la principal. La estimulación y el fomento de la igualdad de géneros en el trabajo debe aplicarse a todos los relacionados con la entidad, pero principalmente debe ser originado desde los planos jerárquicos y de mando.
Los jefes deben ser los primeros en demostrar la igualdad de géneros con sus empleados, subalternos y hasta colegas. Esta igualdad debe manifestarse en cada escalafón de la empresa. Actualmente, los puestos de mando ocupados por mujeres son una amplia minoría en el mercado laboral, situación que busca ser cambiada mediante decretos, acciones corporativas, y una fuerte lucha por los derechos de igualdad. Además, las recientes investigaciones demuestran que hay una creciente cantidad de personas que prefieren los jefes de sexo femenino por sobre los masculinos, atribuyendo su declaración a las capacidades de tolerancia, aceptación y cordialidad demostrada por las féminas.
Hay puestos laborales que son el predominio de los hombres, por una historia sociocultural. Se relaciona a estos puestos a trabajos que requieren de mayor esfuerzo físico y musculatura, aunque también hay otras que hoy están adoptando a las mujeres entre sus tropas, pues se combina de este modo las capacidades de esfuerzo y destreza física a la de frialdad en la toma de decisiones, análisis y aplicación de estrategias no convencionales. Puedes ver estos cambios en la milicia, en los departamentos de seguridad (como la policía) y hasta en los servicios de emergencias (medicina, bomberos y otros).
Lo cierto es que hombres y mujeres tienen iguales capacidades (hablando en promedios generales) para la ejecución de tareas laborales. Así como la edad debería dejar de ser una cualidad enunciada en el CV de un postulante, su sexo o género también debería de serlo. Crear la igualdad es tarea de todos los miembros de una organización, y la aceptación proviene de nuestra propia capacidad de ver más allá de los estereotipos impuestos por una sociedad añosa.
