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Versión para imprimir del artículo Tips para ordenar tu tiempo y fomentar tu productividad. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Lejos de ser una tediosa rutina, la buena organización del tiempo a lo largo de la jornada laboral puede ayudarte a incrementar tu productividad, elevar tu nivel de satisfacción, y hasta minimizar el stress de la vida diaria. Todo esto también te ayuda a la hora de salir del trabajo: una persona que tiene un adecuado nivel de cansancio pero una gran satisfacción por el día transcurrido puede llegar a casa a continuar con el disfrute, listo para compartir con su familia o con sus amistades, y mantener una vida social mucho más placentera.
La agenda de cada día laboral comienza en casa, desde el momento del despertar. Debes tener suficiente tiempo para salir de la cama, darte una ducha, vestirte sin apuros con ropa que te siente cómoda y elegante, y desayunar con buena sustancia. Esto te permitirá mantenerte fresco, confortable y bien energizado desde el primer momento.
Al llegar a la oficina, debes tener tiempo de acomodarte: quitarte el abrigo o dejar las pertenencias, encender tu ordenador, revisar la carpeta de pendientes o planificar las acciones del día. Para ello, en lo posible llega unos minutos antes del momento de ingreso, y no unos minutos después: verás que estar sin apuros te permite mayor tranquilidad y organización, en especial en lo mental.
Recuerda que la oficina, si bien es un ambiente de trabajo, también es un poco social: procura llegar con tiempo y energías como para saludar a tus colegas y hasta servirte una taza de café, para comenzar tu día con toda energía y simpatía.
Para mantener alta la productividad y evitar el estrés, es importante mantener también la mente relajada. Cada 30 a 40 minutos de actividad, levántate de la silla y estira los músculos. Una vez por hora, puedes ir al sanitario y humedecer tus manos y tu rostro, para refrescarte y despabilarte, en especial si sigues tareas que requieren de alta concentración. Una vez cada dos horas, como mucho, procura ir a la azotea, a la ventana o a un balcón, y respira aire fresco, para renovar el oxígeno de cada una de tus células.
También recuerda los descansos prolongados. A media mañana, dispón de 15 minutos de relajación. Levántate de tu silla o sal de tu oficina, sírvete una taza de café, o un buen y fresco vaso de agua, y dialoga con un colega o superior sobre un tema no relacionado al trabajo. Si pactan descansos conjuntos con tus colegas, puedes aprovechar el corto tiempo para un juego. Numerosos estudios han comprobado que hacer pequeños juegos en la oficina eleva la moral, relaja la mente, y mejora así la productividad y el nivel de eficiencia.
A la hora de salir, prepara tus asuntos y pertenencias ya llegada la hora de “marcar la tarjeta” y no antes, pues esto sólo te anticipa a la salida y te desconecta de la actividad. Recuerda ir al sanitario antes de salir si tienes un largo regreso a casa, lava tus manos y tu rostro, y abrígate antes de abandonar el edificio para evitar los cambios bruscos de temperatura. En el camino a casa procura distenderte, jugar un juego mental o escuchar música, para que al llegar a casa tu cuerpo y mente ya hayan abandonado el sitio de trabajo y estén en modalidad social y familiar.
