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Versión para imprimir del artículo Consejos para hacer una presentación en público. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Según numerosos estudios, hablar en público es la segunda causa de temor mayoritaria del mundo, luego de la muerte. Pero estar frente a grandes audiencias o ante grupos reducidos por igual, es una actividad que puedes entrenar y desarrollar, para poder tener la soltura y verbalización para expresar tus ideas con claridad.
Para entrenarte en el habla en público, lo mejor es ser tu primera audiencia. Habla frente al espejo o ante una cámara filmadora, para analizar tu imagen y gestos corporales. De este modo, podrás anticiparte a los principales temores asociados con las presentaciones. Luego, analiza tu material.
Cuando das un informe, haces una presentación o, incluso, das un examen ante un grupo de profesores, debes saber bien de lo que estás hablando. Debes estudiar el material, conocerlo por completo, sentirte a gusto y cómodo con estos contenidos. Nunca des un informe sin saber los datos. Si hubiese demasiadas cifras y estadísticas en medio, analiza los resultados y tendencias y ten los números en una hoja de papel bien a mano, para poder consultarlos cuando sea necesario.
La persona que mejor debe creer en lo que dices eres tú mismo. De lo contrario, no podrás proyectar credibilidad en tu audiencia. Analiza el tema para comprender su naturaleza, para poder así interiorizarte en ello y hablar con más emoción y pasión sobre el asunto. Hablar de algo en lo que no crees creará una distancia que impedirá que brilles en tu presentación.
Cuando hagas una presentación ante tu jefe o ante un comité, hazlo con respeto y responsabilidad. Viste según la ocasión, duerme bien la noche anterior, evita mascar golosinas o fumar antes o durante la exposición. Ten a mano un vaso de agua por si lo necesitas. Llega siempre unos minutos antes, para comprobar que la sala es lo suficientemente grande, que todos tienen carpetas o copias del informe, y que tienes todos los elementos y artefactos necesarios.
Cuando comiences a hacer tu presentación, primero asegúrate de que están presentes todos los interesados, y que ya se han saludado o han dejado de hablar entre sí; puedes pedir silencio con una frase del estilo de “¿Les parece si comenzamos?” u otra, para que no suene agresivo o mandón.
Siempre preséntate con tu nombre y cargo (obvia este paso si ya todos se conocen), y luego aclara de qué se trata el informe que vas a presentar. Incluso cuando sea una obviedad, es mejor comenzar con una breve introducción, mencionando el tema como también algún detalle de interés.
Mientras hagas tu presentación conserva la calma. Habla en tono pausado y a buen volumen, sin gritar pero sin murmurar tampoco. Si lo necesitas, utiliza la tecnología para ayudarte: micrófonos, proyectores, lo que fuera necesario. Y al finalizar tu presentación, abre lugar al diálogo y a las consultas, preparado para responderlas. Cuando se haya evacuado todas las dudas, saluda cordialmente a todos los presentes, y se el último en salir de la habitación, a menos que se te pida lo contrario.
