¿Sabes quién es el que se hace notar de manera positiva en las reuniones de trabajo? Es la persona que contribuye, que participa y que acota datos e ideas interesantes. Por otro lado, hay quienes se hacen notar de manera negativa: los que hablan de más, los que intentan decir algo inteligente y sólo terminan balbuceando, y también quienes intentan imponer sus ideas a los demás, sin siquiera considerar si tiene relación lo dicho con lo debatido.
Si quieres formar parte del grupo que se hace notar en una reunión de buena manera, aquí te contamos algunas buenas ideas para lograrlo.
Hay un viejo refrán que dice que tenemos dos orejas y una boca, para escuchar el doble de lo que decimos. Antes de intentar participar en la reunión, empápate del tema en cuestión. Escucha las bases, y piensa antes de hablar. Contribuye con aportes, no sólo buscando hacer sonidos para que sepan que estás allí. Si tienes consultas no dudes en hacerlas, pues quizás otros tengan las mismas dudas y temor de hacer la pregunta.
Hay quienes reciben de la vida limones y se amargan, y quienes deciden hacer con ellos limonada. Cuando alguien hace un aporte algo insignificante en la reunión, evita mirarlo mal, reírte o desestimarlo. En cambio, escucha e intenta rescatar de ello alguna buena idea. A veces los conceptos más simples resultan en grandes soluciones y avances, sólo si los desarrollamos un poco.
Si hay
alguien hablando, espera tu turno para hacerlo. Evita subir el tono de tu voz,
interrumpir o imponer lo que piensas si el resto de los presentes en la reunión
está hablando de otra cosa. Participa en los diálogos y, con algo de práctica,
podrás ir conduciendo el tema hasta donde quieres llegar. Una vez allí, permite
que los demás contribuyan con sus opiniones, pues podrían notar algo en tu idea
que no has visto.
Cuando llegue tu turno de hablar, mantén el enfoque en el tema. Evita las muletillas, la timidez y los balbuceos, pues esto sólo hace que pierdas la atención de los demás. Habla a buen tono de voz, mantén el rostro sonriente y relajado, y conduce tus palabras de una manera que sea clara de entender. Puedes completar lo dicho con ejemplos e, incluso, preparar material de apoyo, como filminas, carpetillas para todos los presentes, y también proyecciones.
Si quieres dar una buena imagen, es importante saludar al ingresar a la sala de reunión, y también al retirarte. Si estás conduciendo el encuentro, agradece a los presentes. Si eres asistente, al retirarte dile algo positivo al superior, como “buena reunión”, “gracias” o “de aquí hemos sacado algunas buenas ideas”. Saluda cordialmente, con un apretón de manos si es apropiado, o sólo gestualmente si el supervisor está lejos de la puerta de salida. Hazlo a buen volumen, y con la sonrisa en el rostro.
Con estos simples puntos saldrás de la sala dejando una buena marca que, seguramente, los jefes y supervisores podrán recordar a la perfección. Una buena imagen puede ser lo que te abra muchas puertas laborales, dentro y también fuera de la empresa.