Un informe al comité en la oficina, una presentación en una compañía asociada, un reclutamiento de personal o un examen en una escuela de tu ciudad: todas situaciones que pueden resultar en un aburrimiento inadecuado, o en el completo éxito, dejando a tu audiencia maravillada, intrigada y más que satisfecha.
Para hacer presentaciones exitosas sólo debes recordar algunos puntos clave, y ponerlos en práctica desde el momento que arribas al sitio hasta el momento de salir del edificio. Vestir adecuadamente, tener una correcta higiene personal, lucir como un millón de dólares es una buena manera de empezar. Tener la sonrisa en la cara y despedir felicidad y satisfacción por cada poro de tu piel hará que tu audiencia sea mucho más receptiva a tus palabras. Pero claro, el contenido y modo de presentación será fundamental para el acierto en tu emprendimiento.
La presentación no debe ser una lectura estática y rígida, sino más bien una exposición, una narración, tal como si le contaras el filme que viste a tu amigo. Habla con soltura, buen tono de voz, la sonrisa en el rostro, y conservando el tema en mente. Nada de lo que digas debe ser fuera del contexto del tema central. Si cuentas una anécdota o una broma, debe ser en concreta relación al tema hablado. Siempre conserva la relevancia en tus contenidos pues, de lo contrario, podrías derivar la atención de la audiencia hacia otro sitio, o peor: confundirla.
Al recibir a los asistentes hazlo con un apretón de manos, o bien de pie delante de la audiencia mayor. Primero saluda y da la bienvenida, preséntate en tu nombre, tu cargo y la empresa a la que representas, y luego menciona el tema principal que se debatirá. Sin más preámbulos, comienza con tu presentación.
Una buena manera de capturar la atención desde el primer momento es comenzar con un detalle chocante, sorprendente. “Hoy hablaremos de la motivación empresarial. ¿Sabían ustedes que nada menos que el 80% de las corporaciones no cumple los estándares de motivación en el mercado laboral?”. Una cifra porcentual, un detalle asombroso, un hecho preocupante en el sector será lo que de el puntapié inicial al tema, y lo que atrapará la atención de tu audiencia.
Adapta tus palabras tanto a los asistentes como al contenido. Si se trata de niños de una escuela, no uses datos demasiado alarmantes, sino ideas innovadoras desde un punto de vista optimista. Si estás hablando de temas delicados, procura elegir tus palabras dejando de lado el fatalismo. Utiliza hechos y no generalidades ni estimaciones, pero dilos con dulzura y tacto, sin ocultar la verdad, pero sin dejar a la audiencia preocupada o desolada.