Poder decir "trabajo de lo que me gusta" es en verdad un placer. Cada día son más las personas que, con orgullo y una sonrisa en el rostro, pueden expresarse como “trabajadores de los que les gusta hacer”.
En el mundo de los negocios, las ideas valen oro. Debes contemplarlo desde el punto de vista del proveedor, pero también desde el del consumidor. Si tu pasión es pintar miniaturas esculpidas en piedra, seguro que tendrías un mercado reducido si decidieras venderlas… pero recuerda que siempre hay clientes para todo bien y servicio. Tan sólo hay que saber buscarlo.
Si tu pasión se relaciona con un ámbito definido (un club, el parque, un museo o demás), aprovecha estos sitios para investigar a tu mercado consumidor potencial. Haz las visitas y entrevistas correspondientes, conociendo de antemano la cantidad de producción necesaria para comenzar, los precios de venta y de costo, y la mejor manera de contacto. Por ejemplo, si planificas brindar un servicio a trabajadores rurales, entonces lo mejor sería en persona o mediante panfletos y correspondencia, y no por medios digitales de difícil acceso en ciertos terrenos. Si tu oferta es meramente digital, aprovecha los sistemas gratuitos para expandir tus opciones comerciales y comunicativas, comenzando con gran pompa tu nuevo emprendimiento.
Puede que a ti te de pasión, entretenimiento, paz, o sensaciones positivas, pero si vas a convertir ese pasatiempo en una profesión, debes adaptarte al mercado consumidor. Olvida el purismo y tus gustos específicos, para analizar las tendencias de consumo y así lograr una integración entre lo que amas y lo que los consumidores buscan.
Por ejemplo, si pintas miniaturas talladas y amas hacerlo en colores planos, pero el mercado dictamina una fuerte tendencia hacia la pintura con patrones, entonces logra una adaptación que entremezcle ambas tendencias. Puede que no te guste tanto como tu propia versión, pero tendrás más salida al mercado. Con el tiempo podrás integrar líneas de miniaturas en pinturas planas, pero sólo cuando ya tengas una cierta presencia en el círculo de consumo, y quizás un renombre que de mayor destaque a tus productos.
No intentes forzar tu producto o servicio al mercado. En cambio, deja que fluya libremente, publicándolo y comunicándolo en los ámbitos más apropiados, y aprovechando las redes sociales como medio de exposición gratuito y universal. Si bien “siempre hay mercado”, lo importante es encontrarlo, y también hallar las puertas de ingreso al mismo. Sé flexible, adáptate a las tendencias en un principio, para lograr introducirte al ruedo. Una vez dentro podrás avanzar en la dirección correcta, en la que prefieras, aunque hayas debido modificar tu producción durante algún tiempo. En definitiva, tu pasión seguirá existiendo, y aunque debas modificarla para el mercado, en tu tiempo libre podrás continuar tal y como quieras.