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Versión para imprimir del artículo Los romances de oficina y la productividad. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Los romances de oficina tienen algunas contras, mayormente asociadas a los disturbios provocados ante la disolución de esa relación. Por ello, muchas empresas y organizaciones desalientan las relaciones íntimas o afectivas entre colegas y compañeros de trabajo, y no recomiendan las relaciones de igual tipo entre jefes y subalternos. Sin embargo, recientes estudios han puesto a la luz una noción un tanto diferente: las relaciones sentimentales en el trabajo podrían fomentar la productividad.
En relaciones bien establecidas, lejos de los secretos y los disturbios, son una de las mejores sensaciones que una persona puede gozar. Cuando dos personas, ya sean colegas y compañeros, o bien jefe y empleado, emprenden una relación sentimental sincera, y abierta a la vista de todos, con respeto y con profesionalismo en lo que respecta al trabajo, puede mejorar el rendimiento del trabajo en la oficina.
Siempre y cuando se respeten los espacios de trabajo, y se sepa (y se actúe a sabiendas de) que se está en la oficina para trabajar, las relaciones sentimentales pueden ser el impulso y la motivación extra que nos dé ganas de ir a la oficina. Pequeños recreos diarios, el encuentro fortuito en el bebedero y las miradas en el pasillo aportan diversión y romance a un ambiente que, a menudo, busca ser frío e impersonal. Si dejamos de lado el romanticismo adolescente y no nos dejamos distraer en sueños despiertos, los romances en la oficina pueden ser lo mejor que nos suceda en este ambiente de trabajo.
Saber que en la oficina contamos con alguien que nos quiere y apoya será esencial para el buen desarrollo profesional. También tendrá a ventaja de poder hacernos consultas en confidencia, libremente y con mejor predisposición, lejos de las competencias inadecuadas entre feroces compañeros de trabajo.
Pues el primer paso es el ya mencionado: no dejarse distraer. Ya que seguramente tendrás muchas ganas de compartir el tiempo con ese ser especial, pueden programar encuentros a mitad de mañana, cuando tomen su recreo, o bien almorzar juntos y compartir con un colega con quien tienes esa relación especial. Esto te permitirá regresar a tu escritorio con otros aires y con una energía renovada, con mejor humor, y con más productividad.
Mantener una relación con un colega, un jefe o alguien de la oficina, ha de ser encarado con formalidad. Si lo que estás teniendo es un amorío informal, mantenlo de preferencia separado de la oficina. Si, en cambio, se trata de una relación seria y afectiva que está naciendo, una vez consolidada y acordados los términos entre ambos, lo mejor es comentarlo en la oficina. Esto impedirá comentarios por lo bajo, y también les permitirá a ambos presentarse con seguridad y con profesionalismo, ante colegas y jefes, al respecto de su nueva situación sentimental.
