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Versión para imprimir del artículo Cómo combatir el calor en la oficina. No incluye formatos especiales ni imágenes.
El calor se ha asentado en nuestras ciudades. Con él, los artefactos de aire acondicionado se encienden, exponiéndonos a catarros y resfriados producto del frío clima interno y el calor excesivo de las calles. En otros sectores, la inexistencia de sistemas de climatización nos extenúan, dejándonos sin ganas para trabajar. Y ambas situaciones afectan nuestro desempeño laboral, humor, e incluso la salud mental y física.
El calor excesivo nos irrita, sube nuestra tensión arterial y nos deja cansados aunque estemos quietos. La sudoración deshidrata nuestras células propiciando una menor función de los sistemas corporales. Nuestro humor se ve empeorado, evidentemente. No sentimos ganas ni de movernos ni de trabajar, y esto afecta tanto nuestra productividad como también nuestra efectividad: nos desconcentra y hace que no estemos 100% al tanto de nuestros pendientes.
La primera clave es mantenernos hidratados. Bebe agua, y lleva contigo una botella de líquido. Bebe unos sorbos al menos cada 45 minutos, para refrescar e hidratar tu cuerpo, y favorecer la eliminación de toxinas. Come liviano, alejándote de los alimentos que tiendan a lo dulce y a lo pesado, además de los picantes. Nada mejor que zumos, licuados, batidos, ensaladas y postres frescos (gelatinas, lácteos o yogures, frutas) para ayudar a tu cuerpo a superar mejor los golpes de calor.
Viste ropa adecuada, cómoda, liviana y de colores claros. Tu cuerpo se sentirá más libre y fresco. También, usando colores claros y telas sueltas evitarás aquellas incómodas marcas de sudor debajo de tus brazos, en tu pecho y espalda.
No uses calcetines gruesos, y aprovecha las bondades de los polvos pédicos y desodorantes corporales, incluyendo aguas refrescantes para toda la extensión de tu cuerpo.
En el trabajo, procura organizarte lo mejor que puedas. Realiza a primera hora de la mañana las actividades que requieran estar fuera (como visitar clientes, realizar compras y demás), y también las actividades que exijan que estés en los sectores más calientes de la planta o la empresa (como ir a las bóvedas, talleres, depósitos, plantas de producción y demás). Hacia la segunda mitad de la mañana y la primera mitad de la tarde, procura permanecer dentro de la oficina, a la sombra y lo más fresco posible.
El aire acondicionado puede ser un aliado que te refresque, pero también puede debilitar tu salud. Procura solicitar que el termostato no baje de los 24°C; esta es una temperatura agradable, que permite la productividad, sin hacer que el cambio entre el interior y el exterior sea demasiado brusco.
