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Versión para imprimir del artículo Cómo crear una oficina libre de humo. No incluye formatos especiales ni imágenes.
El tabaquismo es una enfermedad de gran importancia, pues se trata de una casi sin restricciones. El cigarrillo, vicio y mal hábito han sido por años algo socialmente aceptables, pero en los últimos tiempos esto está cambiando. La creación de zonas libres de humo es una gran acción en pro de la salud y del bienestar de las comunidades, y es una gran idea para establecer en el lugar de trabajo.
Los motivos son de lo más diversos. Primero, significa algo simple: no se puede fumar dentro del edificio. Todo tiempo que el fumador pase sin el mal hábito es beneficial para su salud, y también se benefician los no fumadores dentro del edificio, a quienes se suele considerar “fumadores de segunda mano”.
Liberar la oficina del tabaco significa también un mejor aire para respirar, sin aromas desagradables. En verano y en invierno las ventanas pueden abrirse o cerrarse a placer, aprovechando el aire acondicionado y pudiendo recircularse el oxígeno mediante los sistemas de ventilación, sin necesidad de renovarlo constantemente.
Dejar de lado el cigarrillo en la oficina sienta un gran ejemplo para los fumadores. Al principio habrá rechazos y quejas, pero en poco tiempo descubrirán que salen de la oficina sintiéndose mejor, y que han alcanzado mayores niveles de productividad, pues no se han separado de sus labores constantemente para encender sus vicios. Y esto, claro, es sumamente beneficial también para la organización.
Dale a los empleados un aviso general unos días antes. Comunicarles la intención de liberar de humo la oficina los predispondrá a ello, en lugar de darles el baldazo de agua fría. Determina un día a partir del cual ya no se podrá fumar en el predio.
Algunas legislaciones exigen que los espacios libres de humo cuenten con zonas para fumadores, al resguardo de los elementos y con seguridad. Por eso, analiza las leyes locales para determinar, si fuera necesario, algún sitio donde los empleados puedan fumar. Una buena idea para desmotivar luego las visitas es hacerles firmar un libro de ingreso que los deje en evidencia en sus momentos de recreación.
Luego, el día anterior al de la implementación, haz una limpieza exhaustiva de la oficina, para cambiar el aire y renovar los aromas atrapados en las telas y alfombras. Al día siguiente, ya sin humo, los empleados ingresarán al sitio de trabajo apreciando este aroma y limpieza, motivándolos a conservarlo.
Coloca ambientadores de aire de manera constante y acción automática para preservar un aroma perfumado en la oficina a todo momento. No elijas aromas dulces, como la vainilla o ciertas flores, sino que has de preferir los aromas cítricos y frescos, florales, que desmotivan el deseo del consumo de tabaco.
Coloca máquinas expendedoras de bocadillos (de preferencia saludables) sin costo o con fichas de cortesía, para calmar las ansias orales de los empleados. Asegúrate de que la zona de recreo cuente con café y agua caliente y fría constantemente, en especial durante los primeros días de la implementación.
Coloca cartelería motivadora, recordando la importancia de liberar el espacio de humo. Esto cumple dos funciones: en primer lugar, armoniza el lugar, y también recuerda a los empleados olvidadizos que ya no se permite fumar en las instalaciones. Puedes crear carteles que motiven desde diversos puntos de vista, no sólo desde la salud, sino también recordando el ahorro monetario de no fumar, la mayor productividad al no abandonar el escritorio, que a los clientes les agrada más un vendedor o asesor con aliento a menta en lugar de a tabaco, y que su piel y todo su aspecto será mejor que nunca.
