Stephen Covey, afamado autor, ha ofrecido al mundo numerosas técnicas de efectividad y optimización de la propia persona, en los planos laboral, profesional, y también personal. En este artículo te contamos sobre su publicación sobre los 7 hábitos para lograr la efectividad, y te animamos a ponerlos en práctica hasta hacerlos parte de ti mismo.
Este hábito recomienda ser proactivo. Nos recuerda que la efectividad se condiciona por “nosotros” y no por “los demás”, por lo que la proactividad y la auto motivación son claves fundamentales para la efectividad, en especial en lo laboral. La persona que integra este hábito acepta y aprovecha los efectos genéticos, familiares, ambientales y sociales, usándolos como herramientas para vencer obstáculos.
El hábito reza: “Comienza con el final en mente”. Nos recuerda el poder de la imaginación y la visualización como motores hacia la acción: cómo quisieras que fuera el final de tu vida, cómo te gustaría ser visto y percibido o recordado, cuál quisieras que fuera tu legado. Luego, recomienda la aplicación a las actividades diarias: cómo quisieras finalizar ese año, ese mes, esa semana y ese día. Tener la meta clara nos ayuda a llegar en menor tiempo, y de manera más efectiva.
Este hábito nos habla del establecimiento de prioridades. Es la utilización del tiempo de manera optimizada, sin distracciones, priorizando lo urgente, lo importante, y luego lo banal. Para ello, nos recuerda la importancia de analizar y clasificar las actividades y las circunstancias, para abordarlas en orden efectivo, manteniendo la armonía, la coordinación, la velocidad y la logística de las actividades.
Nos impulsa a una mentalidad en la que ambas o todas las partes salgan beneficiadas. Nos habla de la negociación en busca de la concreción de las metas personales o propias, sin descuidar la ganancia de la contraparte: un entorno exitoso sólo nos lleva a tener mayores posibilidades de éxito.
El hábito nos recuerda: “Busca comprender primero, y ser comprendido después”. Se trata de escuchar prestando atención, de manera empática. Oír empáticamente requiere de detener las técnicas de manipulación, de negociación en bien propio únicamente, y pide una escucha con atención, logrando así empatías e inferencias que posibilitan el diálogo.
Se trata de la sinergia, que es lo que se alcanza cuando ambas contrapartes de una negociación utilizan su capacidad para hallar una solución mejor que las propuestas individuales. Habla de la comunicación atenta, respetuosa, y del respeto general como herramienta para la efectividad y el éxito, a corto plazo.
Este hábito indica: “Ejercita tu Yo físico, mental, espiritual, social y emocional”. Nos habla de organizar el tiempo para cuidarnos a niveles físico (ejercicios), emocional (sensaciones), mental (relajación, diversión) y social (buenas relaciones personales, familiares y sociales). Nos recuerda que el cuidado propio es la mejor demostración de búsqueda del bienestar y, con ello, de la eficiencia y el éxito.
Poniendo en práctica estos hábitos, incorporándolos a tu vida cotidiana, te llevará cada día más cerca del bienestar y del éxito, de manera eficiente y adecuada.