Las exigencias del mundo actual hacen que las jornadas laborales acostumbren ser intensas y muy agotadoras, si no también, largas. Para que esa cantidad de horas dedicadas al trabajo rinda frutos, necesitamos tener momentos de esparcimiento, para descansar tanto física, como mentalmente, del estrés de la oficina.
Lo ideal es hacer varios pequeños “recreos” diarios, de algunos minutos cada uno, para despejarnos y poder, luego, volver a trabajar con plena concentración. Incluso si nuestra jornada no es estresante, tomarnos esos minutos nos hará sentir mucho mejor anímicamente.
Salir a caminar después del almuerzo es muy relajante y, además, necesario, ya que estar sentados durante tantas horas no es bueno para nuestro organismo. Caminar mejora la circulación y nos oxigena, lo que no sólo nos hará sentir mejor, sino también pensar mejor.
En los momentos de descanso podemos aprovechar, además, para leer un libro, hablar por teléfono con alguien fuera de la oficina, jugar algún juego o, simplemente, salir a la calle para cambiar de ambiente.Unos minutos de ejercicios físicos evitarán contracturas por mala posición y nos relajarán. También podemos optar por ejercicios de respiración o unos momentos de meditación, si estamos muy estresados.
A media mañana y media tarde podemos tomarnos unos minutos para comer un snack, tomar un té o un café con un bocado dulce. Esa pequeña colación tiene dos objetivos. Por un lado, ingerir azúcar nos hará sentir con más energía. Por el otro, ayuda a que nuestro metabolismo se active, luego de varias horas sin ingerir alimentos. La condición es… ¡aléjate del ordenador! Esos minutos fuera de tu oficina o escritorio te ayudarán a despejar la mente.
Para que el espacio de trabajo no resulte opresivo o monótono, podemos, cada tanto, renovar la decoración: cambiar las fotografías, si las tenemos, poner una planta en el escritorio, o algún objeto que nos guste cerca del ordenador. Si tenemos una oficina propia, los cuadros o posters en las paredes, con escenas que transmitan calma y serenidad, pueden ser un punto focal que nos ayude a relajarnos.