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Cómo manejar la diferencia generacional en las empresas
Cómo integrar a empleados jóvenes y antiguos para que trabajen en armonía
Varios fenómenos contribuyen a que, en las empresas actuales, convivan personas de distintas generaciones. Por un lado, se ha extendido la “vida útil” de los trabajadores, y la gente continua en su puestos, especialmente si son cargos directivos/ejecutivos o de asesoramiento, de los que no necesitan retirarse a la edad de jubilación. Por otro lado, los “jóvenes ejecutivos”, con moderna y amplia formación, son muy buscados por las empresas de primera línea para formar parte de su plantilla.
Esta situación de convivencia provoca el cruce (cuando no el choque) de diferentes formas de pensamiento, diferentes concepciones no sólo de las tareas a realizar, sino de diferentes conceptos de empresa.
Uno de los mayores conflictos aparece cuando el jefe es mucho más joven que su o sus subalternos. En estas situaciones, ambas partes deberán hacer un esfuerzo para convivir armónicamente, cada uno respetando y valorando lo que el otro puede aportar.
Analizando la situación en general, es necesario tratar de integrar cada sector, sin hacer diferencias por generaciones, sino que todo el sector trabaje en equipo, en forma conjunta, con el objetivo de mejorar el rendimiento. Las personas mayores pueden aportar mucho con su experiencia, aunque, en los últimos tiempos pareciera que sólo los jóvenes están capacitados para ciertas labores. En ese sentido, cuando el jefe es más joven, debe ser capaz de escuchar y aprovechar los conocimientos acumulados a lo largo de la vida laboral de cada uno de sus subalternos.
Las personas jóvenes suelen ser más competitivas. Esto se debe a que el mercado laboral actual es muy exigente, y los riesgos de perder el empleo son altos, especialmente en épocas de crisis y ajustes. En ese sentido, es posible que olviden el objetivo colectivo en pos de su ascenso personal. También en este caso, deberá imperar la sensatez de los directivos para que, sin perder calidad, todas las habilidades encuentren un lugar para desarrollarse y manifestarse.
Los empleados mayores deberán sentirse integrados, aceptados y respetados. Esto les ayudará, también a reconocer las capacidades y conocimientos que puedan tener aquellos más jóvenes, que tienen una formación que él quizás no posea. Que nuestro jefe sea más joven no significa que sabe menos, sino que tiene conocimientos diferentes.
Por otro lado, se suma a ésta situación la movilidad laboral que hay actualmente. Las personas difícilmente permanezcan años en la misma empresa, como sucedía antes. Esto significa que, quienes son mayores, tenderán a permanecer en el mismo empleo (por imposibilidad de moverse a otro sitio), mientras que habrá una gran rotación en personal y directivos jóvenes. El efecto inmediato es que, quienes deben adaptarse permanentemente a los cambios, son aquellos que se quedan. Podemos aprovechar esta situación para que sean ellos quienes ayuden a los nuevos integrantes a “acomodarse” en la estructura. De ese modo, además, se sentirán más valorados.
