¿Trabajo aburrido? Cómo motivarte para que deje de serlo.

"¡Qué trabajo aburrido!". ¿Quién no lo ha dicho alguna vez? Quizás lo hayas sentido, sin mencionarlo para evitar desmotivarte, pero la verdad de ello subyace por detrás de las apariencias, y te repite una y otra vez una noción bien conocida: “me aburre mi trabajo”. Pues es hora de darle solución, para volver a encontrar la motivación, la alegría y la productividad, en una sola decisión.

Decídete a encontrar la motivación en el trabajo

Esa es la palabra clave: decisión. Debes decidirte a tomar de tu trabajo aquello que te dé más satisfacción. Debes saber hallar en tu trabajo lo que te de bienestar, lo que te motive a hacerlo día tras día. A todos nos ha ocurrido, al menos alguna vez, que nos vemos aburridos en las labores ocupacionales, y mucho más aún cuando las consideramos como algo inevitable, obligatorio, y carente de alegría.

Pero el trabajo no tiene por qué ser aburrido. Aunque se trate de la sucesión de labores y tareas repetitivas, neutras y carentes de imaginación evidente, el trabajo puede ser entretenido, ya que no fuera “divertido”. Ahí es donde aparece nuestra decisión de saber hallar lo bueno en lo malo y en lo neutro.

Encontrar la motivación personal en la labor nos permitirá, también, ser más efectivos y productivos. Cuando realizamos el trabajo con una sensación de bienestar (lo ideal sería incluso poder hacerlo con una sonrisa en el rostro) logramos cumplir mejor nuestros objetivos, hallar las soluciones a los obstáculos, e incluso optimizamos nuestro tiempo. Por ello, volver a encontrar lo positivo en un trabajo que nos aburre, es vital para nuestro avance y desarrollo, ya sea en el mismo puesto, o en un potencial ascenso que facilite cada día más esta tarea.

Cómo dejar de ver tu trabajo como "aburrido"

Algunos trucos te pueden servir para dejar de sentir el aburrimiento en tu trabajo. Por ejemplo, debes recordar por qué lo estás haciendo. El trabajo no es un entretenimiento, seguro que es una necesidad. Pero podemos tomarla como una buena necesidad. Si “necesitas trabajar porque posees una familia que depende de tus ingresos”, modifica el enfoque: en lugar de sentir la presión de la necesidad, enfócate en comprenderlo desde una óptica diferente que indique que “necesitas trabajar porque tienes la ventaja de contar con una familia a la que quieres cuidar”. Vaya si es diferente tu enfoque, cuando modificas el punto de vista, ¿verdad?

Además, complementa tu esfuerzo con elementos de ayuda: diviértete. Dedica unos minutos a reírte con tus compañeros, o planifica recompensas y metas pequeñas que te impulsen a seguir. Proponte premios por cumplir tus pequeños objetivos diarios, como “si logro finalizar esta planilla, me premiaré con un helado esta noche”, o “si termino este informe en menos de una hora, me premiaré con cinco minutos de descanso en la azotea”. Todo depende de tu descanso, de tu emoción y de tus necesidades, para encontrar los premios que te permitan hallar la motivación en tu trabajo, lejos del aburrimiento.