Si nos ponemos de cara a la realidad, todos hemos de admitir que hay dÃas en los que, simplemente, no tenemos muchas ganas de ir a la oficina. Pero debes enfrentar a esa mala tentación, y dejar que las ausencias al trabajo se deban a los motivos justificados únicamente.
En especial si estás desmotivado, no debes ausentarte del trabajo ni dejar de asistir. Un dÃa que faltes cambia tu predisposición y, al dÃa siguiente, te será aún más difÃcil ir a trabajar. No debes faltar a la oficina simplemente por no tener ganas o por querer hacer trámites que no sean impostergables y, aún en este caso, puedes pedir unas horas de ausencia, realizar el trámite, y retornar a tu puesto de trabajo para que no se te descuente el dÃa.
Ten en mente que tenemos pocos dÃas de licencia en el trabajo, y que tu sueldo se verá afectado por las faltas que tengas. Evita las faltas injustificadas y, en el caso de no tener más opción, asegúrate de pedir el permiso correspondiente con tanta antelación como te sea posible (a tu jefe o superior), para mantener el profesionalismo en cada momento.
Si tienes una enfermedad es mejor faltar al trabajo. Por un lado debes cuidar de tu salud, evitando los cambios de temperatura bruscos y la exposición a los elementos, dejando que tu cuerpo se recupere a su propio ritmo. Por otro lado, ir a trabajar enfermo pone a riesgo a los demás empleados de la organización: contagiarlos serÃa injusto para ellos y, además, te impedirÃa recuperarte por completo.
En caso de enfermedad, asegúrate de visitar al médico para determinar el tratamiento más adecuado y, al hacerlo, recuerda solicitarle el certificado correspondiente que indique tu ausencia en el dÃa y en los dÃas de reposo recetados por el profesional.
Hay otras condiciones que son propicias para evitar ir al trabajo e, incluso, para evitar salir de casa. No son especÃficamente enfermedades, pero sà son situaciones corporales que hacen que sea mejor trabajar ese dÃa desde casa, como condiciones gastrointestinales, náuseas repetidas y otras. En este caso, habla con tu superior y excúsate de ir a la oficina, ofreciendo trabajar ese dÃa desde casa para no dejar de cumplir con tus obligaciones y, al mismo tiempo, demostrar buena predisposición para la labor.
Si tienes trámites impostergables que debas hacer en persona sin excepción, es mejor pedir la ausencia temporal a la oficina, y retornar a tus actividades. Pero, a veces, estos trámites requieren de todo el dÃa o de toda la jornada laboral. En este caso, asegúrate de pactar el trámite para un dÃa liviano de trabajo, avisando con tiempo suficiente. Consulta las disposiciones de la empresa y las legislaciones locales, pues hay sitios que permiten dÃas libres al mes para realizar trámites, para mudanzas y para otras situaciones particulares.